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legítima defensa (the rainmaker) - john grisham - Juventud ...

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John Grisham Legítima <strong>defensa</strong><br />

–Amenazas de muerte. Se trata de unos locos.<br />

El juez Lonnie Shankle llega a su despacho a las tres y media, y Deck y yo estamos esperándolo. Tiene un sinfín de cosas que<br />

hacer, pero Booker ha llamado y conquistado a su secretaria para prepararnos el terreno. Le entrego al juez un montón de<br />

documentos, le resumo el caso en cinco minutos y acabo por suplicarle una fianza mínima porque yo, el abogado, tendré que<br />

pagarla. Shankle fija la fianza en diez mil dólares. Le damos las gracias y nos retiramos.<br />

Al cabo de treinta minutos estamos todos en la cárcel. Estoy seguro de que Butch lleva una pistola en la sobaquera y sospecho<br />

que el agente de fianzas, un individuo llamado Rick, va también armado. Estamos listos para lo que se presente.<br />

Le extiendo a Rick un cheque de quinientos dólares por la fianza y firmo todos los papeles necesarios. Si los cargos contra ella<br />

no se retiran, o si Kelly no se presenta a cualquiera de sus citas en el juzgado, Rick tiene la opción de entregar los restantes<br />

nueve mil quinientos dólares, o encontrar a Kelly y llevarla a la cárcel. Lo he convencido de que se retirarán los cargos.<br />

Tardan una eternidad en resolver el papeleo, pero por fin la vemos acercarse a nosotros, sin esposas, sólo con una sonrisa. La<br />

acompañamos rápidamente a mi coche. Les he pedido a Btitch y a Deck que nos sigan unas manzanas, por seguridad.<br />

Le cuento a Kelly lo de las amenazas. Sospechamos que son los locos de su familia y los fanáticos sureños con quienes<br />

trabajaba. Hablamos poco cuando abandonamos el centro de la ciudad y nos dirigimos velozmente hacia el refugio. Prefiero no<br />

hablar de anoche y a ella tampoco le apetece.<br />

A las cinco de la tarde del martes, los abogados de Great Benefit solicitan protección al amparo del código de insolvencia en el<br />

tribunal federal de Cleveland. Peter Corsa llama al bufete mientras yo estoy ocultando a Kelly, y Deck recibe la llamada.<br />

Cuando regreso, a los pocos minutos, Deck está pálido como un cadáver.<br />

Nos sentamos en mi despacho con los pies sobre la mesa durante mucho rato sin decir palabra. Silencio absoluto. Ninguna voz.<br />

Ningún teléfono. No se oye el tráfico de la calle. Hasta ahora hemos postergado la cuestión del porcentaje que le corresponde a<br />

Deck del caso, de modo que no está seguro de cuánto ha perdido. Pero ambos sabemos que hemos pasado de ser teóricamente<br />

millonarios, a casi insolventes. Nuestros sueños fantásticos de ayer parecen hoy bobadas.<br />

Hay un vestigio de esperanza. La semana pasada, el extracto financiero de Great Benefit parecía lo suficientemente sólido<br />

como para convencer a un jurado de que les sobraban cincuenta millones de dólares. Sin duda, algo de verdad hay en ello.<br />

Recuerdo las advertencias de Max Leuberg. No se debe confiar jamás en las cifras de una compañía de seguros, porque crean<br />

sus propias normas de contabilidad.<br />

Sin duda, en algún lugar, habrá un milloncejo para nosotros.<br />

Yo no lo creo. Ni tampoco Deck.<br />

Corsa ha dejado el número de teléfono de su casa y por fin acumulo las fuerzas necesarias para llamarlo. Se disculpa por las<br />

malas noticias, y me dice que en los círculos jurídicos y financieros la actividad es frenética. Es demasiado pronto para saber la<br />

verdad, pero parece que PinnConn ha sufrido algunos golpes muy importantes en el comercio de divisa extranjera. Entonces ha<br />

empezado a succionar las enormes reservas de sus subsidiarias, incluida Great Benefit. Las cosas han empeorado y PinnConn<br />

se ha limitado a coger el dinero y mandarlo a Europa. La mayor parte de los bienes de PinnConn están en manos de unos<br />

piratas norteamericanos que operan desde Singapur. Parece que todo el mundo conspire contra mí.<br />

Está convirtiéndose rápidamente en un atroz revoltillo y puede que tarde meses en aclararse, pero el fiscal federal ha aparecido<br />

por televisión esta tarde y ha prometido acusaciones oficiales. De mucho nos va a servir.<br />

Corsa me llamará por la mañana.<br />

Se lo cuento a Deck y ambos comprendemos que no cabe<br />

ninguna esperanza. Los que han robado el dinero son demasiado sofisticados para que los atrapen. Millares de asegurados con<br />

reclamaciones <strong>legítima</strong>s que ya han sido víctimas de una estafa lo serán ahora de otra. Deck y yo hemos sido víctimas de un<br />

fraude. Al igual que Dot y Buddy. Donny Ray ha sido la víctima definitiva. Drummond tampoco cobrará cuando presente su<br />

exorbitante minuta por servicios jurídicos. Se lo menciono a Deck, pero es difícil reírse.<br />

Los empleados y agentes de Great Benefit serán víctimas del fraude. Las personas como Jackie Lemancyzk sufrirán.<br />

Los males parecen menos graves cuando son compartidos, pero de algún modo tengo la sensación de haber perdido más que la<br />

mayoría de ellos. El hecho de que otros sufrirán no me consuela.<br />

Pienso de nuevo en Donny Ray. Lo veo sentado bajo el árbol intentando ser fuerte durante la declaración. Él ha pagado el<br />

precio más elevado por el ladrocinio de Great Benefit.<br />

He pasado la mayor parte de los últimos seis meses trabajando en este caso y ahora ese tiempo está perdido. El bufete ha<br />

ingresado unos mil dólares mensuales desde que empezamos, pero la recompensa del caso Black alimentaba nuestra esperanza.<br />

Los honorarios de los sumarios que tenemos no bastan para sobrevivir los dos próximos meses, y no estoy dispuesto a acosar a<br />

la gente. Deck tiene un buen siniestro automovilístico, que no se saldará hasta que el cliente se recupere, probablemente dentro<br />

de unos seis meses. En el mejor de los casos, supondrá unos veinte mil dólares.<br />

Suena el teléfono y lo contesta Deck, escucha y lo cuelga rápidamente.<br />

–Un individuo dice que va a matarte –dice tranquilamente.<br />

–No es la peor llamada del día.<br />

–En este momento no me importaría que me pegaran un tiro –dice Deck.<br />

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