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Lo único que nos resta saber es cuántos y cuáles son, pero precisamente para eso es el
discernimiento con el cual hemos sido dotados por el Espíritu Santo, no para lucirte en una plataforma,
¿Lo estás viendo?
Ahora bien; ¿Qué es lo que dice luego, respecto a la conclusión de ese episodio? Dice que lo
sanó. Muy raro es esto; no dice que lo liberó, dice que lo sanó. ¿Y que cosa significa sanar en este
texto? La palabra utilizada para describirlo, es therapeuo, de donde luego va a derivar la más conocida
por nosotros: terapia, terapéutico y todas las que se ligan a sanidades físicas o anímicas.
Lo que sí puedo decirte, es que esta palabra en este texto difiere un tanto a lo que normalmente
conocemos como sanar. Porque aquí la idea es originalmente de servir de una manera sencilla, tal
como lo haría un sirviente doméstico atendiendo a los miembros de una familia.
Es notorio que luego, en vista de que sus deberes incluían el cuidado de los miembros enfermos
de la familia, la palabra fue tomando una connotación médica, en el sentido de atender, cuidar y proveer
para la persona enferma. De allí en más, la palabra llegó a significar sanar, restaurar la salud, curar.
Por lo tanto, no debemos entender que un endemoniado es un enfermo. Un endemoniado es
alguien poseído por un demonio al que debemos liberar. Y hacerlo, forma parte de un servicio, de una
atención, de un cuidado por un miembro de nuestra familia que, a partir de una palabra griega básica,
pasará a denominarse como sanarlo.
(23) Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será este aquel Hijo de David?
La gente no suele quedarse atónita (Pasmada o espantada por un objeto o suceso raro –RAE-)
por alguien que es sanado. Dentro de lo asombroso, no lo es más que ver liberar a un endemoniado. Y
esto ha sido, sin ninguna duda, lo que dejó a la gente con una perplejidad manifiesta por lo que hasta allí
le resultaba desconocido. Tanto que lo primero que atinó fue a preguntar si ese hombre era humano o
no.
(24) Mas los fariseos, al oírlo, decían: este no echa fuera los demonios (Lo que te dije) sino
por Beelzebú, príncipe de los demonios.
En principio, debo decirte que el nombre Belcebú, que se le otorga en varios pasajes del Nuevo
Testamento al príncipe de los demonios, es al que en otros textos también se lo conoce como Baal, lo
que en suma representa indirecta pero claramente a Satanás, único príncipe de los demonios que
conocemos.
Pero me interesa más que prestes atención a, en primer lugar, que evidentemente lo que ocurrió
allí fue una liberación de un endemoniado. En segundo orden, que eso resultó un impacto visual de alto
voltaje para esa gente muy poco acostumbrada a esos sucesos.
Y que, en tercer término, lo que los fariseos pretenden con esta divagación casi pintoresca por lo
incoherente, era desacreditar la calidad y cualidad de ese hecho. Sin embargo, Jesús no subestima la
expresión y decide aclararla debidamente.
(25) Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: todo reino dividido contra sí
mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.
Observa esto y tenlo muy en cuenta para lo sucesivo: cuando Jesús dice que todo reino dividido
es asolado, lo que quiere decir es exactamente lo que has leído: todo reino. Incluido el de los Cielos.
Porque en la Biblia, es en el único sitio en donde la palabra todo significa puntualmente eso: todo.