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es precisamente el que más simpático cae en un medio ambiente sumamente contaminado por las
religiosidades.
Nuestra cultura occidental ha sido alto factor de influencia en nuestra fe. El catolicismo romano,
religión oficial en la mayor parte de nuestras naciones, a partir de la conquista de estas tierras por parte
de los españoles, también ha dejado sus marcas culturales indelebles en la propia iglesia evangélica.
Nadie puede ofenderse si me toca decir que en muchos casos, la iglesia evangélica ha servido
solamente para aquietar en parte nuestras conciencias, pero de ninguna manera para manifestar la
realidad que decimos representar.
Decimos grandilocuentemente muchas cosas, pero no las hacemos. Armamos cultos que son
para nosotros. Hay una evidente falta de amor en nuestros grupos. Nos contentamos con cumplir
nuestras obligaciones.
Decimos en nuestras predicaciones que tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito por
él, pero nosotros no sólo no lo amamos de la misma manera, sino que incluso lo despreciamos. En
muchas iglesias decir “mundo”, es decir diablo. ¿Y allí vamos a ir con el amor del padre a predicar su
año agradable?
Competimos en lugar de complementarnos. Nos decimos cristianos cuando en muchos casos,
en lugar de seguir a Cristo, seguimos a hombres que “dicen” ser sus representantes. No existe tal cosa
como un cristianismo sin Cristo como cabeza. Religión. Cultura secular, pero no de Reino.
Una de las razones por las cuales la iglesia no está accediendo al Reino y a su cultura, es por su
apego a los paradigmas y marcas culturales de la nación o etnia en la cual nació en la tierra. He oído a
profesores de misiones recomendar a sus alumnos que: “allá donde vayan, prediquen el evangelio
respetando las culturas del lugar”
Mi duda en forma de pregunta, siempre ha sido: ¿Debo predicar el evangelio en el norte de mi
país, sin ayudar a los recién convertidos a desprenderse de cultos paganos o diabólicos tales como la
Pachamama, que es el culto a la Madre Tierra?
¿Debo predicar el evangelio en Asia, procurando adaptarlo a conceptos emanados del budismo o
el hinduismo? ¿Debo hacerlo en países islámicos, omitiendo decirles que una parte de sus creencias
tienen origen satánico, y en lugar de eso comentarles que ellos simplemente ven al mismo Dios “de otra
manera”, para resultarles simpáticos? Cultura.
Las marcas casi indelebles de la cultura en los pueblos latinoamericanos, es un estigma que la
cultura del Reino deberá borrar y cambiar por la propia, que es la única capaz de sacarnos de nuestras
apatías, indiferencia y ostracismo.
Nuestros pueblos, independientemente de sus diferencias étnicas locales, han evidenciado
liviandad en sus palabras, una supina y total ignorancia respecto al término compromiso, casi un culto
por la ley del menor esfuerzo. Eso es contraproducente para los intereses del Reino de Dios. De allí las
dificultades para implantarlo.
121 – No es Una Droga
Hay un ejemplo muy gráfico y simple que quizás nos pinte de cuerpo entero. Busca en tu
diccionario secular el significado de la palabra Éxtasis. Encontrarás tres acepciones: