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Pero, recuerdo que cuando iba a esos lugares, usaba un conjunto de saco azul, pantalón gris,
camisa celeste y corbata al tono que me daban, dos veces al año, en mi lugar de trabajo como uniforme
obligatorio. Yo pertenecía a un área del departamento de Relaciones Públicas y Prensa de esa empresa.
¿Sabes que? Sin ser ropa barata ni mucho menos, en calidad, era mucho mejor otro pantalón y
otra camisa que yo me había comprado con mis ahorros. Pero para ellos, no. Para ellos, no era lo
mejor, era eso, lo debido. Lo “políticamente” correcto.
Ah, y algo que va de gratis, de añadidura. Fíjate bien y deja ya de hacerle publicidad al infierno
por allí, diciendo que Satanás es un león rugiente. Lo que aquí te dice, es que el diablo anda como león
rugiente. No es lo mismo, créeme.
Porque si es un león, cuando tiene oportunidad te atacará, te matara y te comerá. Pero si es
solamente como un león, entonces no va a ir mucho más allá de hacer un poco de ruido con sus
histriónicos rugidos. ¿Se entiende lo que quiero enseñarte?
Aquí bien vale la pena, para confirmar lo dicho, remitirnos a un curioso pasaje del libro de Job.
En 1:7, leemos: Y dijo Jehová a Satanás: ¿De donde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová,
dijo: de rodear la tierra y andar por ella. ¿Te quedó claro que solamente puede rodearla y no
poseerla?
(1 Corintios 16: 13) = Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.
¿Qué habrá querido decir Pablo cuando les pide a los corintios que se comporten varonilmente?
Ya lo sé; puede interpretarse de cientos de maneras diferentes. Puede relacionarse con la moral y hasta
con las diversidades sexuales, si así lo deseas.
Sin embargo, si tomas como base otros textos relacionados con las conductas, es evidente que
en aquellos tiempos, la que tenía predicamento de chismosa, alborotadora y fabricante de calumnias,
era la mujer. El hombre, (Nadie sabe si verdaderamente o figurativamente), siempre se destacaba por
no andar en estas cosas.
Yo, por edad, puedo corroborar esto; al menos en zonas rurales de mi país, (Es decir: en el
campo), que es donde nací y me crié. Cuando alguien se ponía a contar algún pormenor relacionado
con la vida de algún vecino, mi abuela se prendía en la conversación, pero mi abuelo se alejaba
murmurando que eso, “era cosa de mujeres”…
Si partes desde esta base, independientemente del machismo que probablemente encontremos
en estas hipótesis, vas a coincidir conmigo en que hoy hay mucho hombre que muestra
comportamientos similares a los que en aquellos tiempos solamente se endilgaban a las mujeres, ¿No
crees?
Es más: podría asegurarte que, cuando el hombre ingresa en los ámbitos del chisme, supera
largamente a su congénere femenino, tanto en dedicación como en ingenio y “talento”. Porque le añade
intereses muy masculinos, lo que afea mucho más, si eso es posible, la fealdad del chisme.
El chisme, la calumnia y el alboroto histérico y lleno de berrinches, ya no es patrimonio femenino
en ninguna manera, sino de cualquiera de los géneros. Nadie podrá decir que Pablo no sabía que esto
iba a suceder, ¿No te parece?
No sé si al hablar de esto, yo podría decir con solemne voz. “es palabra de Dios”. Lo que sí sé es
que tiene directamente que ver con lo que se requiere para un miembro del Reino. No me gusta ser
acartonado ni pontificar cosas, pero a esto, te pido por favor que lo reflexiones seriamente.