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Porque dice que un niño nos es nacido, y ese es Jesús, engendrado en María por el Espíritu
Santo, pero humanamente presentado como hijo de José. Hombre en el cual Dios se encarna para
cumplir su misión redentora.
El hijo, que es Cristo, nos es dado. No hemos hecho absolutamente nada para tenerlo. Es Dios
quien ha decidido darlo y darse a sí mismo. Es Dios quien tomó la decisión, la iniciativa y la
consumación del proceso.
Dios se hace parte de la raza humana. Un niño recién nacido sería llamado “Dios fuerte, padre
Eterno”. Podemos aceptar esta verdad por fe, pero no podemos comprender plenamente lo que
significó, para la segunda persona de la Trinidad, abandonar su estado divino y revestirse con la
naturaleza humana.
(7) Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su
reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo
de Jehová de los ejércitos hará esto.
Fíjate que se ofrece el cuádruple nombre y los atributos del niño, (Esto es: el Mesías), quien
nacería para reinar por siempre sobre el trono de David. Cuando se dice de él que es Admirable y
Consejero, no se está hablando de un ministerio de Sanidad Interior, obviamente, sino de ciertas
cualidades de guía y líder político, cosa que todos sabemos, Jesús jamás aceptó ser, mal que les pese a
ciertas organizaciones ideológicas que así lo consideran.
Él es la palabra viva, el guía infalible pero desde lo espiritual, dueño de una inextinguible
sabiduría, propietario y encarnación viva de la verdad y luz conducente del camino. Sobre él descansará
el imperio, (Se denomina así a la autoridad de gobernar).
Se lo rotula como Dios Fuerte. El niño, no te olvides, es Dios encarnado, el Omnipotente. La
palabra traducida como “fuerte”, tiene el significado adicional de “héroe”. El Señor es el héroe infinito de
su pueblo, el guerrero divino que ha triunfado sobre el pecado y la muerte.
Cuando se lo menciona como Padre Eterno, mientras tanto, se expresa el cuidado paternal que
viene de Cristo mismo. Este título no entra para nada en conflicto con el de la primer apersona de la
Trinidad. Jesús dijo a Felipe: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre.
Eterno, también significa “presente en todas partes”; el señor posee los atributos de eternidad y
omnipresencia mientras reina sobre el trono de David y dentro de los corazones de los redimidos. Y en
cuanto a Príncipe de Paz, deja en evidencia que su reino estará caracterizado por shalom, sanidad,
bienestar, prosperidad, felicidad y cese de la enemistad.
Es uno de los primeros sitios en el Antiguo Testamento donde, además de darse una profunda y
profusa profecía sobre Cristo, también se alude al Reino que éste no sólo representa, sino que también
integra. Las posibilidades de formar nosotros parte de él y, en otro sector, una palabra relacionada con
Egipto, que como todos sabemos largamente, simboliza y representa al mundo secular.
(Isaías 19: 1) = Profecía sobre Egipto. (Lo que vas a leer tiene que ver con Egipto la nación de
ese tiempo, pero en la tipología, está hablando del mundo secular de hoy, entiende). He aquí que
Jehová monta sobre una ligera nube, (Nipash, nubes de testigos), y entrará en Egipto; y los ídolos
de Egipto (Sexo, dinero, poder, política) temblarán delante de él, y desfallecerá el corazón de los
egipcios dentro de ellos.