Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
156<br />
<strong>el</strong> Reino de Dios, y en Mateo agrega y su justicia, <strong>para</strong> que luego sea añadido todo lo demás que<br />
necesitamos.<br />
¿Es eso lo que, como iglesia, estamos haciendo en este tiempo? Indudablemente que no. Quizás<br />
existan hermanos y hermanas, diseminados a lo largo y ancho d<strong>el</strong> planeta, que sí lo están haciendo,<br />
pero son voluntades aisladas que hacen efectivo <strong>el</strong> poder de Dios sobre sus vidas, pero que están<br />
inhabilitados <strong>para</strong> hacerlo masivamente por causa de la incredulidad general.<br />
Ahora, recapitulemos: si es verdad que la búsqueda prioritaria d<strong>el</strong> Reino nos posibilita acceder a<br />
todas nuestras necesidades, y en lugar de hacer eso nosotros seguimos insistiendo con darle a esas<br />
necesidades <strong>el</strong> primer término, ¿No estamos mayoritariamente en desobediencia?<br />
Sí; y es por eso que la iglesia, así globalmente estimada, no está cumpliendo ni con la voluntad<br />
ni con <strong>el</strong> propósito de Dios <strong>para</strong> este tiempo. ¡Pero si lo está haciendo un pequeño remanente! Sí. Y<br />
muchos de nosotros, despojándonos de todos los miedos ancestrales, hemos dejado de lado las<br />
estructuras babilónicas y nos hemos lanzado a un vacío sin red en búsqueda de formar parte de ese<br />
pequeño remanente, también llamado proféticamente <strong>el</strong> Remanente Santo.<br />
¿Y como podríamos confirmar que eso es verdad y no <strong>el</strong> producto de una afiebrada visión<br />
antojadiza y egocéntrica de nuestra naturaleza carnal? Pues, acudiendo a la Biblia. Buscando, buceando<br />
y escudriñando en <strong>el</strong>la <strong>para</strong> hallar algo que confirme nuestro pensamiento.<br />
¿Lo podremos encontrar? ¡Por supuesto que lo podremos encontrar! De hecho, ya lo hemos<br />
encontrado. ¡Hermano! ¡No lo había visto! ¿Adonde está esa maravillosa confirmación? Pues…en <strong>el</strong><br />
verso 32 de este texto que acabas de leer, ¿No lo viste? Dice: Manada Pequeña.<br />
Y no sólo eso: dice que es precisamente a esa manada pequeña, que naturalmente, no tiene<br />
absolutamente nada que ver con <strong>el</strong> masivo grupo integrante de lo que pomposamente seguimos<br />
llamando “la iglesia”, a la que Dios le ha dado <strong>el</strong> Reino. Eso dice: que se lo dará. Porque <strong>el</strong> Reino, creo<br />
que no lo ignoras, es propiedad y patrimonio exclusivo de Dios.<br />
Ahora bien; lo que resta saber, entonces, <strong>para</strong> completar nuestro curioso estudio de teología no<br />
declarada desde los púlpitos, es conocer cuando sucederá eso. Esto es: cuando Dios nos dará ese<br />
Reino suyo <strong>para</strong> que vivamos, administremos y ministremos en él. No busques más. No es algo que<br />
ocurrirá, es algo que ya sucedió. ¿O no dice que a Dios le ha placido darnos <strong>el</strong> Reino? ¡Ya pasó!<br />
066 – Entrar con Esfuerzo<br />
Y esto no es algo nuevo o que yo haya inventado o sobre enfatizado <strong>para</strong> enriquecer este<br />
trabajo. Esto estuvo desde <strong>el</strong> principio. No sé como está en tu versión bíblica, pero en la mía que es una<br />
de las clásicas, hay un subtítulo dentro d<strong>el</strong> capítulo 16 que dice: <strong>La</strong> ley, los profetas y <strong>el</strong> reino. Voy a<br />
incluir tres versos de eso.<br />
(Lucas 16: 14) = Y oían también todas estas cosas (Jesús termina de r<strong>el</strong>atar la parábola d<strong>el</strong><br />
mayordomo justo) los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.<br />
(15) Entonces les dijo: vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos d<strong>el</strong>ante de<br />
los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por<br />
sublime, d<strong>el</strong>ante de Dios es abominación.