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<strong>La</strong> Creación es <strong>el</strong> método que Dios usó <strong>para</strong> transformar la muerte y la oscuridad en vida y luz.<br />
Este es <strong>el</strong> diseño <strong>para</strong> la transformación d<strong>el</strong> hombre, así como <strong>para</strong> todos los universos. El tiempo es<br />
sólo importante en <strong>el</strong> mundo físico, y por lo tanto, durante la creación, Dios completó las cosas en Cristo,<br />
quien era, quien es, y quien ha de venir. El amor de Dios lo completa todo, aún antes de crearlo, de tal<br />
manera que nada es dejado al azar.<br />
Desde <strong>el</strong> libro d<strong>el</strong> Génesis hasta <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Apocalipsis, las escrituras son la manifestación de la<br />
sabiduría de Dios, escondida en Cristo, fuera de todo tiempo y espacio, rev<strong>el</strong>ada a aqu<strong>el</strong>los que<br />
abandonaron los deseos de su naturaleza temporal.<br />
Ha dicho alguien con mucho tino que <strong>el</strong> agua, <strong>el</strong> espíritu y la sangre, son la unión espiritual d<strong>el</strong><br />
ci<strong>el</strong>o y de la tierra, estableciendo <strong>el</strong> Reino de Dios en la tierra, así como en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Enorme profundidad.<br />
Hay otras doctrinas que respeto y acepto, pero que no comparto por una sencilla razón: minimizan la<br />
cruz. Y mi vida en Cristo es mediante la cruz o no es.<br />
Allí se nos asegura que <strong>el</strong> agua y <strong>el</strong> espíritu son las fuerzas espirituales que vencen <strong>el</strong> pecado, la<br />
enfermedad, la muerte, y estas residen EN EL. Todo poder ha sido dado, y aqu<strong>el</strong>los que tengan ojos<br />
<strong>para</strong> ver y oídos <strong>para</strong> oír podrán realizar grandes obras.<br />
No importa <strong>el</strong> nombre de quien lo dijo. No te voy a dar la opción a que lo creas o no de acuerdo<br />
con lo que d<strong>el</strong> autor d<strong>el</strong> pensamiento se haya dicho en los chismes de tu grupo. Porque así somos, no<br />
analizamos algo espiritual conforme a nuestro discernimiento, sino conforme a lo que digan los diarios,<br />
radios y t<strong>el</strong>evisión cristiana de él.<br />
Y una última <strong>para</strong> tener muy en cuenta: ¿Tenemos ejercitados nuestros sentidos <strong>para</strong> <strong>el</strong><br />
conocimiento d<strong>el</strong> bien y <strong>el</strong> mal? ¿De verdad podemos definirlo ni bien se muestra en sus primeras<br />
manifestaciones? ¿No somos engañados por jerarquías, credenciales, riquezas u orop<strong>el</strong>es ministeriales<br />
varios? Si tu respuesta es No, ¡Ánimo! ¡Estás en <strong>el</strong> camino correcto! Si tú respuesta es de duda…<br />
Los discípulos correctos d<strong>el</strong> Señor no son, necesariamente, personas que pasan todas sus horas<br />
dentro de ciertos templos haciendo trabajos <strong>para</strong> sus comunidades o atendiendo a personas que llegan<br />
en búsqueda de consejos, alimentos u otras necesidades puntuales. Pueden ser incluidos en <strong>el</strong>lo, claro<br />
está, pero no es lo prioritario. Los discípulos de Cristo lo son, esencialmente, en lo espiritual.<br />
Son personas que han sido introducidas por <strong>el</strong> Espíritu Santo, (No por hombres, por importantes<br />
o prestigiosos que sean), a una propia realidad espiritual y natural. Son una gente que no sólo conoce,<br />
sino que además saben posicionarse en una identidad espiritual concreta. Está comprobado que la<br />
máxima asignatura pendiente dentro d<strong>el</strong> pueblo de Dios, es su carencia de identidad, propósito y<br />
objetivos.<br />
A esto último, en alguna ocasión, lo he preguntado desde un púlpito. Ni quieras imaginarte los<br />
rostros de esas personas. Es evidente que, más allá de concurrir a sus iglesias en todas las reuniones o<br />
cultos que <strong>el</strong>las realizaran, no había otro objetivo a la vista en sus vidas. Eso no tiene demasiado que<br />
ver con las palabras de Jesús en Juan15:8: En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho<br />
fruto, y seáis así mis discípulos.<br />
No sé como te habrá ido a ti en esto, pero a mí en más de un lugar y más de un hermano me<br />
exhortó, alguna vez, porque era “demasiado espiritual” y no tenía, según sus juicios, “los pies sobre la<br />
tierra”. Me lo creí. ¡Pobres! Recién hoy entiendo que yo apenas comenzaba a caminar en la dirección<br />
debida, y <strong>el</strong>los venían por la acera opuesta de la mano de la r<strong>el</strong>igión. ¡Gloria a Dios que no lograron<br />
apartarme!