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135 - Confrontando Lobos Rapaces<br />
Dios le mostró a Abraham <strong>el</strong> diseño final de todas las cosas que se encuentran en Cristo. Dios<br />
unió lo eterno con lo temporal en Él, cuando formó <strong>el</strong> final desde <strong>el</strong> principio. Permite que esta verdad<br />
sea digerida por tu espíritu. Sé por qué te lo digo. Hay cosas que parecen salidas de otro cristianismo,<br />
¿No te parece? No temas; es <strong>el</strong> nuestro.<br />
Todo lo que es, lo que era, y lo que ha de venir, sucedió mucho antes que <strong>el</strong> tiempo fuera. Dios<br />
usa los tiempos y las estaciones con <strong>el</strong> fin de entrenarnos en las dimensiones espirituales. Lo que ocurre<br />
es que nosotros, en nuestra ambición y necesidad de simplificarlo todo, hemos cometido la torpeza de<br />
superficializar lo profundo.<br />
<strong>La</strong> Trinidad contiene en sí misma <strong>el</strong> plan majestuoso de Dios, diseñado <strong>para</strong> cambiar la<br />
naturaleza terrenal d<strong>el</strong> hombre, y convertirlo en un tabernáculo viviente. El hombre tiene tres partes, y <strong>el</strong><br />
propósito de la Trinidad es ministrar y sumergir cada una de esas partes dentro de cada uno de los<br />
caracteres divinos.<br />
(Mateo 26: 38) = Entonces Jesús les dijo: mi alma está muy triste, hasta la muerte;<br />
quedaos aquí, y v<strong>el</strong>ad conmigo.<br />
Quiero rescatar algo que no dije en <strong>el</strong> anterior porque me volé por las ramas d<strong>el</strong> comportamiento<br />
varonil. <strong>La</strong> palabra clave en todos estos versos, es v<strong>el</strong>ar, sin ninguna duda. Estar atento, de guardia,<br />
vigilando, cuidando, no dejándose sorprender por nada de lo que venga.<br />
Y lo puse en primer lugar porque en este verso hay otra perla que pocos o muy pocos han visto,<br />
si es que me tengo que dejar llevar por lo que leído y oído en las diferentes iglesias donde fui a<br />
sentarme algún domingo a escuchar un sermón, mensaje, meditación, reflexión o sencillamente<br />
discurso.<br />
¿Quién predicó alguna vez, -que tú recuerdes-, sobre <strong>el</strong> acto de indiferencia y desobediencia de<br />
los discípulos de Jesús <strong>para</strong> con su pedido de quedarse con Él a orar y v<strong>el</strong>ar? ¿Quién te mostró, con<br />
esa claridad que tenemos los predicadores, que esa gente <strong>el</strong>evada por nosotros a la categoría de<br />
santos, allí actuaron como profanos?<br />
El, hizo lo que propuso, fue y se puso a orar fuertemente, pero cuando regresó, encontró a sus<br />
amados discípulos, sus sinceros y fi<strong>el</strong>es seguidores, a los hombres que debían sujetarse a su autoridad,<br />
a los miembros de su pequeña congregación, ¡¡¡¡Durmiendo!!!<br />
En cualquier iglesia evangélica, un acto de este calibre en contra de una directiva d<strong>el</strong> pastor,<br />
sería indefectiblemente causal de expulsión inmediata, quizás hasta con humillación pública a través de<br />
la radio y la t<strong>el</strong>evisión de la congregación o la denominación.<br />
Entonces esto, me lleva a un segundo pensamiento: ¿Se equivocó y fue un “debilucho” Jesús, o<br />
la supuesta autoridad de la sujeción pastoral de nuestro tiempo es una especie de despotismo<br />
disfrazado con barniz r<strong>el</strong>igioso?<br />
Me inclino por lo segundo y pido humildemente disculpas a los muchos pastorcitos genuinos,<br />
abnegados, esforzados y verdaderos, que existen en <strong>el</strong> pueblo d<strong>el</strong> Señor, glorificado sea Su nombre.<br />
Porque de <strong>el</strong>los será <strong>el</strong> Reino de los Ci<strong>el</strong>os. Y no por sus credenciales, precisamente.