27.11.2014 Views

Pulsa aquí para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana

Pulsa aquí para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

283<br />

Lo que no va a funcionar de ninguna manera, es la esencia profunda d<strong>el</strong> tema. Porque <strong>el</strong> Reino<br />

de Dios no se limita ni se puede limitar a buenos estudios, exc<strong>el</strong>entes análisis bíblicos o muy buenas<br />

disertaciones. El Reino de los Ci<strong>el</strong>os se manifestará con poder, señales, milagros, prodigios y<br />

maravillas, o no es <strong>el</strong> Reino d<strong>el</strong> cual estamos hablando.<br />

En los últimos tiempos estamos invadidos por monumentales ministerios que anuncian señales,<br />

prodigios y maravillas que nadie alcanza a ver, pero que nadie se atreve tampoco a censurar. Es una<br />

técnica basada en la penetración psicológica por medio de la prepotencia.<br />

“¡Hoy! ¡Gran reunión de milagros! ¡Venga y llévese <strong>el</strong> suyo por una modesta ofrenda!” – Tú<br />

corres y te sientas en un banco y te pasas todo <strong>el</strong> culto esperando <strong>el</strong> milagro. Primero, en tu propia vida,<br />

pero si eso por alguna causa no puede ser posible, al menos en otra persona. Quieres, tienes deseos<br />

enormes y hasta necesidad extrema de glorificar a Dios por un milagro.<br />

No lo ves. No ocurre. No te atreves a preguntarle a nadie d<strong>el</strong> lugar porque sus rostros no te dan<br />

acceso. Se lo comentas a un hermano que conoces y recibes una respuesta ambigua: “¡Y bueno,<br />

hermano! ¡No podemos obligar a Dios a que haga milagros cuando a nosotros se nos antoja! ¿No<br />

crees?<br />

Sí lo creo. ¡Vaya si lo creo! Tanto lo creo que por eso me chocó <strong>el</strong> letrero de ingreso, ese que<br />

anuncia la reunión de milagros. Y mucho más si con <strong>el</strong> correr de los meses tomo conocimiento que esos<br />

milagros no han sucedido, no suceden ni parecen suceder en ese lugar. Pero la gente sigue llegando a<br />

buscarlos.<br />

Estas personas son, sin embargo, perfectamente identificables. Se presentan y se muestran casi<br />

como todopoderosos espirituales. <strong>La</strong> gente los ve y supone que nada ni nadie podría mover un milímetro<br />

a ese coloso humano. Sin embargo, está escrito que sólo los que reconozcan una ostensible pobreza<br />

espiritual en sus vidas tendrán ingreso al Reino por la puerta de la humildad.<br />

Sé que terminas de leer esto y no puedes contener una sonrisa mitad compasiva y mitad irónica.<br />

¿Quién es este hombrecillo insignificante capaz de creer que desde la pequeñez alguien podrá erigirse<br />

en conductor de todo un pueblo? Yo no lo sé, pregúntas<strong>el</strong>o a Jesús de Nazaret. He conocido a cientos<br />

de hombres con expresión de humildad. No he conocido a verdaderos humildes. Ni creo que yo mismo<br />

todavía haya logrado serlo.<br />

Lo que sí sé, es que <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io genuino tiene mucho, pero muchísimo de casta ingenuidad. Y<br />

que sólo siendo portadores de esa pureza transparente es como podremos militar en él y entrar al<br />

Reino. Eso es ser como niños, no hacer cosas irresponsables o irreverentes.<br />

Esa misma ingenuidad ha determinado que en muchos sitios auto denominados como cristianos,<br />

hayan dejado de creer en Cristo, haciendo especial énfasis en Dios Padre como gestor y compulsor d<strong>el</strong><br />

máximo poder emergente.<br />

Nadie negará <strong>el</strong> poder de Dios, ya que hacerlo sería colocarse en equivalencia con la blasfemia.<br />

Pero lo que sí se puede hacer, y lo haré, es aclarar una vez más que Dios por sí mismo no hará nada<br />

contigo, ya que tú eres o no eres <strong>para</strong> Él lo que la cruz de Cristo le muestra.<br />

Entonces, así como ya sabes que a Jesús <strong>el</strong> ingreso oficial al Reino de los Ci<strong>el</strong>os le fue<br />

asignado por su Padre c<strong>el</strong>estial, a ti, a mí y a todos nosotros, nos lo habrá de asignar <strong>el</strong> propio<br />

Jesucristo. ¿Cuándo? Partiendo d<strong>el</strong> momento en que lo reconocemos como Hijo d<strong>el</strong> Dios viviente y<br />

concluyendo cuando lo transformamos realmente en Señor de nuestra existencia.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!