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vinculación directa con este, pero hay un mínimo y casi invisible detalle que nos lleva a pensar que no,
que quizás se esté hablando de otro acontecimiento diferente al nacimiento de Jesús.
Ese texto, literalmente, dice: He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino
delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del
pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Sería un paralelo al anterior inexcusable si no fuera por una expresión muy singular, la que dice
que luego de la preparación del camino, el Señor vendrá súbitamente a su templo. ¿Qué cosa es algo
que viene súbitamente?
Súbitamente, dice el Diccionario de la Real Academia, es algo que viene de manera súbita. Y
súbita, significa algo imprevisto, repentino, precipitado, impetuoso o violento en las obras o palabras, de
repente súbitamente.
Ahora bien: tomemos a Juan en primer lugar. ¿Apareció de improviso o fue gestado en el vientre
de una mujer y tardó los clásicos nueve meses en aparecer? Lo último, ¿No es cierto? Y Jesús,
¿Tampoco apareció de improviso o de repente? Tampoco. Vivió los naturales nueve meses en el vientre
de María. ¿Entonces?
Entonces, mucho me temo que este texto de Malaquías no está hablando de Juan el Bautista
preparando el camino para recibir al Jesús que iba a nacer, sino de otro mensajero que prepara un
camino para la Segunda Venida del Señor, que sí será de improviso, de repente, imprevista y
súbitamente, en un abrir y cerrar de ojos, se añade por allí.
Esto, además de darle un matiz muy diferente a este pequeño texto, le otorga al libro de
Malaquías una característica muy distinta. Lo saca literalmente del Antiguo Testamento, para llevarlo al
Nuevo Pacto en forma de libro profético del estilo del Apocalipsis.
¿Y eso que tiene de particular? Que mucho de lo que allí está escrito, por tomarse como del
Antiguo Testamento, se lo adjudica a la ley. ¿Por ejemplo? Traed todos los diezmos al alfolí… ¡Que
problema! ¿No es verdad?
(Verso 11) = De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor
que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.
Quiero que te quede bien claro para que no te confundas y no confundas a nadie con
enseñanzas mal interpretadas. Jesús dice que Juan es el más grande nacido de mujer, esto es: ser
humano no engendrado sobrenaturalmente, como lo fue Él.
Ensalza a su primo como a un hombre de alto valor, de suma consagración y de enorme e
incalculable grandeza. Sin embargo, pese a todo ese oropel desgranado en su favor, declara que el más
pequeño, el más insignificante, el más anónimo y desconocido en el Reino de los Cielos, es mayor que
Juan. Porque una cosa es trabajar para el Reino desde afuera y otra muy distinta ser miembro de él.
(12) Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y
los violentos lo arrebatan.
Si hay un versículo “raro” que no puede encajar con la teología bondadosa de amor y paz de
muchos cristianos, ese es este. Mira; en mi largo recorrido por bancos, púlpitos, salones, plataformas y
tribunas de tesis, he oído de todo al respecto. Aún mi Señor no me lo ha mostrado con claridad, y mucho
me temo que no significa ninguna de las cosas que voy a compartir contigo porque son las que hasta
hoy están.