Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
234<br />
Ahora bien; si leemos que Él dijo: El que me ha visto a mí, ha visto al Padre, y que Dios mismo<br />
lo corroboró señalando: Este es mi Hijo amado, aquí tenemos la propia línea genética real de Jesús.<br />
Eso se confirmaría con su int<strong>el</strong>ectualidad.<br />
El int<strong>el</strong>ecto, que es la mente, es un patrimonio de los hombres, y pese a su condición genética<br />
espiritual, Jesús vino al mundo como hombre. El predicaba: Arrepiéntanse, <strong>el</strong> Reino de los Ci<strong>el</strong>os se<br />
ha acercado, lo que habla claramente de su posición ante <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io, <strong>para</strong> corroborarlo en lo personal<br />
con: El príncipe de este mundo nada tiene en mí.<br />
Entonces, aquí llega <strong>el</strong> momento de preguntar: ¿Cuántos, en este tiempo presente, predican eso<br />
que Él predicaba? ¿Cuántos, este próximo domingo, o <strong>el</strong> que viene, pueden declarar lo que Él<br />
declaraba? Y no lo digo <strong>para</strong> buscar cosquillas, simplemente lo digo porque tú sabes que es algo cierto.<br />
Y no es algo cierto que servirá <strong>para</strong> mirarnos los unos a los otros y decir: “¿Has visto? ¡No<br />
podemos! ¡Ser cristianos es algo muuuy difícil! No. Se trata de mirarnos y decirnos los unos a los otros:<br />
basta, terminó <strong>el</strong> tiempo de hablar, llegó <strong>el</strong> tiempo de vivir.<br />
Para confirmar su calidad real, solamente bastaría darle forma concreta a una organización que<br />
así lo atestiguara. Desde la misma Palabra saldrá esa certeza cuando leamos que declara: Toda<br />
potestad me es dada en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o y en la tierra. Nadie recibe potestad de algo, si no recibe mandato<br />
<strong>para</strong> gobernar ese algo.<br />
Un ejemplo práctico que tiene que ver con la organización gubernamental de mi país. El<br />
Presidente es quien gobierna y manda, <strong>el</strong> Vicepresidente su reemplazo ante cualquier ausencia. Pero<br />
atención: No es automático: <strong>el</strong> Vicepresidente sólo podrá gobernar en ausencia d<strong>el</strong> Presidente, si éste<br />
firma la correspondiente autorización o cesión de poder.<br />
Muy bien, todo eso está muy bueno y es exc<strong>el</strong>ente, tanto <strong>para</strong> aprenderlo como <strong>para</strong> enseñarlo.<br />
Jesucristo definitivamente es rey. ¿Y tú? ¿Tú te consideras parte o miembro de ese Reino? ¿Tú crees<br />
que perteneces a ese pueblo de reyes y sacerdotes que ha sido evidenciado? Examínate.<br />
Y no vayas a suponer que te estoy diciendo esto sólo por confrontarte un poco, o porque debo<br />
r<strong>el</strong>lenar texto en este trabajo. Te lo estoy diciendo porque he comprobado en muchas ocasiones que, así<br />
como los cristianos son conscientes de ser salvos, no lo son tanto de pertenecer al Reino. Entonces la<br />
pregunta obligatoria, es:<br />
¿Crees que has sido engendrado por Dios, tal como se lo expresa en Juan 1:13? Voy más allá,<br />
aún: ¿Crees que corre por tus venas la sangre de Jesús? Si todas tus respuestas son un sí concreto y<br />
sin <strong>el</strong> menor atisbo de duda, estás en <strong>el</strong> buen camino.<br />
Si me has dicho que no, o no me has dicho nada porque tienes enormes dudas, entonces este<br />
trabajo no es <strong>para</strong> ti y debes comenzar de cero por arrepentimiento genuino y conversión sincera.<br />
¿Crees que te estoy ofendiendo? No. Creo que te estoy salvando de verdad.<br />
Sin embargo, antes de presentarte en una plataforma y usar un púlpito <strong>para</strong> declamar palabrería<br />
d<strong>el</strong> Reino, pregúntate: ¿Tiene algo en ti <strong>el</strong> príncipe de este mundo? Más claro: ¿Hay alguna clase de<br />
sistema con basamento en ese príncipe que haya logrado atarte y mantenerte de alguna manera en<br />
esclavitud? Y finalmente: ¿Piensas como un rey o apenas lo haces como un mendigo?<br />
No te condenes. No te desesperes. Yo no lo sé, pero puedo presentir la mayoría de tus<br />
respuestas. No es mi interés de ninguna manera decepcionarte o frustrarte. Lo que sí quiero hacer es<br />
advertirte que no corras <strong>el</strong> riesgo de jugar con <strong>el</strong> Reino como en algún momento hemos jugado con la<br />
unción, la Palabra o <strong>el</strong> mismísimo poder de Dios. Eso sí sería grave.