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Finalmente, (Y estoy seguro que cuando te mencione lo siguiente no podrás menos que sonreírte<br />
más por tristeza que por alegría), debo decirte que las iglesias que no tienen rev<strong>el</strong>ación de Jesucristo,<br />
son creadoras de gente que viene por los panes y los peces. Atraídos más por <strong>el</strong> poder de las manos de<br />
Dios, que por la esencia divina de su sustancia.<br />
Una vez más, pero ahora desde adentro mismo de nuestros ambientes, nos encontramos con la<br />
disyuntiva d<strong>el</strong> ser o hacer. Una iglesia que no hace milagros, señales, prodigios, maravillas, sanidades,<br />
liberaciones, será considerada mediocre. Y a nadie le interesa si los que la conforman son personas que<br />
son conforme al corazón de Dios. ¿Lo estás entendiendo?<br />
En la década de los años noventa, que fue cuando todavía la iglesia estructural suponía que le<br />
daba cierto niv<strong>el</strong> invitarme a predicar, pude comprobarlo. Un estudio profundo, con palabra profunda,<br />
mayoría de indiferencia. Ministración con imposición de manos y algunas caídas, toda la multitud<br />
corriendo hacia <strong>el</strong> frente. Esos, ¿Son los peces y los panes o no me llamo como me llamo?<br />
¿Quieres que te detalle con calificativos su<strong>el</strong>tos una iglesia evangélica típica? Sabe de Dios,<br />
(Algunas muchísimo), pero de oídas; hacen d<strong>el</strong> conocimiento int<strong>el</strong>ectual un baluarte que no tiene<br />
presencia en <strong>el</strong> ámbito espiritual; practican una r<strong>el</strong>igión que hace especial énfasis en <strong>el</strong> activismo.<br />
Cuando alguien está con alguna crisis de fe, normalmente se la trata de solucionar llenando al<br />
pobre hermano de tareas y actividades, como “<strong>para</strong> que mantenga su mente ocupada y no piense<br />
tonterías”. Fatal.<br />
Muchedumbres que llegan por –como ha sido dicho-, los peces y los panes. ¿Hay sanidades<br />
físicas? ¡Allá vamos! Me du<strong>el</strong>e aquí, aquí y allá. Cesan los dolores, mu<strong>el</strong>as emplomadas, oro en polvo<br />
sobre <strong>el</strong> marco de los anteojos, etc.<br />
Cosas, cosas y cosas. ¿Meditar en la Palabra? ¿Reflexionar en la sabiduría? ¡No! ¡Que lo haga<br />
<strong>el</strong> pastor! Yo voy a ver si soluciono mis necesidades. ¿Gente equivocada? Sí, pero habría que<br />
preguntarse quien les dio esa enseñanza errónea.<br />
El cristiano tradicional es alguien que no sólo conoce las leyes, sino que además conoce sus<br />
derechos. Y procura adaptar todo eso a un tiempo singular en donde todo parecería ser más permisivo y<br />
libre de censuras o aborreceres.<br />
Una iglesia de Reino, (Que no sé si físicamente existe ya alguna), camina por otros andariv<strong>el</strong>es.<br />
Y si existiera alguna, corre un riesgo inmediato: copiar a la otra y terminar siendo más de lo mismo, “en<br />
<strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> Reino”. No todo lo que habla de Reino, está reinando.<br />
Una iglesia de Reino tendrá ojos capaces de ver <strong>el</strong> ámbito espiritual. Y no <strong>para</strong> lucimiento de<br />
quien lo consiga, sino <strong>para</strong> enriquecimiento y bendición de quienes com<strong>para</strong>n esa visión. Tendrá que<br />
tener conocimiento de Dios, que es algo muy distinto a tener un cúmulo de información acerca de Él.<br />
Tendrá que ser receptora de rev<strong>el</strong>aciones d<strong>el</strong> Espíritu Santo en torno a los valores íntimos d<strong>el</strong><br />
Reino de los Ci<strong>el</strong>os. Tendrá que ser portadora y propietaria de las llaves de ingreso a ese Reino y<br />
cultivar r<strong>el</strong>aciones acordes a esa gravitación.<br />
Pero, por sobre todas las cosas, una iglesia que diga pertenecer al Reino de Dios, deberá estar<br />
formada y capacitada <strong>para</strong> cumplir con las leyes de ese Reino y además, suceda lo que suceda, ser<br />
pasible a tener que vivir por encima de sus propios derechos.