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Decisiones
Gubernamentales
La iglesia de este siglo veintiuno ya es distinta, considerablemente, a la iglesia del siglo veinte.
Y hemos visto varias características que nos indican que eso es así. Cuando hablamos de algo que
tiene que ver con el liderazgo, muchas veces la gente toma inmediatamente, como punto de referencia o
modelo, a su propio pastor.
Aquí es donde quiero que tú recuerdes, que la iglesia está supuestamente plantada para
ministrar a las naciones y que los ancianos que Dios está buscando, son ancianos en las puertas de la
ciudad y no precisamente en las puertas de la iglesia.
Porque lo primero, esto es: las puertas como símbolo bíblico, siempre indica autoridad, mientras
que lo segundo, en el mejor de los casos y siendo sumamente permisivo con todas las cosas, apenas
una cierta fidelidad religiosa.
Y cuando reitero la manía de aclararte que puertas, en la Biblia, siempre ha representado
autoridad, no estoy significando en modo alguno un desprecio a la estructura eclesiástica, sino hablar de
una dimensión superior.
Mucho cuidado con este término, dimensión; tiene mala prensa que el infierno pudo infiltrar en
los ambientes cristianos. No le hace; es de Dios. Si Nueva Era quiere usarlo para su conveniencia, que
lo haga. Tú y yo tenemos discernimiento suficiente. ¿Lo tenemos, no es así?
Estamos hablando del efecto de la iglesia para con la sociedad. Que es como decir ser Sal y Luz
en la tierra. ¿No te habías olvidado de esto, verdad? Porque no fueron simples palabrejas arrojadas al
viento por Jesús como para que alguien las levantara como al descuido; fueron conceptos de dimensión
profética.
Decir sal y luz, es como decir lo que Dios espera de tu mente, de tu forma de pensar, para poder
prevalecer en este siglo. En este siglo cronológico, el veintiuno, y en este siglo-Kosmos, es decir:
sistema. Sistema social, político, geográfico y, obviamente, religioso.
Muchas de las características que hoy todavía tenemos tendrán que cambiar porque las bases
espirituales para operar en este siglo no son las mismas que hemos aprendido y que hoy ya están
agotándose. No son demasiados los que han aprendido esto, y se pueden ver afuera las consecuencias.
Escucho a diario hablar de la problemática de la iglesia a niveles globales, y hay una
coincidencia entre tantas hipótesis: la gente abandona los templos, nadie sabe lo que viene. De lo