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He visto y hasta he sido testigo indirecto que, si alguien no pasa la llamada Palabra de Dios por
la revelación de Cristo, entonces es cuando puede pasar cualquier cosa con esa palabra. El fundamento
de la iglesia, entonces, es la revelación de Cristo. Esa es la iglesia ante la cual el Hades no puede
prevalecer. Con todas las demás, si; ¿Te cabe alguna duda?
¿Y como debemos entender esa revelación? ¿Acaso habrá hombres y mujeres “especiales” a los
cuales deberemos escuchar? No. Si te dijera que los hay, caeríamos en el mismo error en el cual
venimos insistiendo desde toda una vida: poner a ciertos hombres casi en el nivel de dioses.
No se los puede desobedecer, no se los puede contradecir, no se los puede corregir, ni siquiera
se los puede hablar si ellos no te otorgan el permiso. Eso, es despotismo, tiranía y, si tú accedes
voluntariamente, es idolatría. Dios no está detrás de ninguna clase de idolatría. Aunque sea una que no
tiene estatuas ni imágenes y lo menciona, lo menciona y lo menciona.
El nombre ilegible de Dios y su significado, (Que no es su traducción), no sólo lo presenta, lo
muestra, lo proyecta, sino que se activa y produce algo que le es afín: poder. Recuerda: Dios le dijo a
Moisés que le dijera a Faraón que Yo Soy lo enviaba. Faraón cedió. Jesús les dijo Yo Soy a quienes
venían a arrestarlo. Ellos cayeron al suelo. Yo soy.
Hay algunas diferencias entre la habitualidad de términos que utilizamos con su verdadero
significado. Uno de esos términos, y quizás el que más tiene que ver con nosotros, es Iglesia. Lo he
explicado, enseñado, reiterado y repetido mil veces, pero bien vale una vez más:
Iglesia es la asamblea permanente de los miembros del Reino de Dios en la tierra, no un
templo de un determinado credo, aunque en algunos casos lo incluya porque en algún sitio físico tienen
que reunirse. Pero, reitero, como un salón apto para juntarse, no como un centro de adoración edilicia.
Por lo tanto, hay una verdad irrebatible que tiene que ver con la iglesia y que es necesario
expresar. Así como a la iglesia nominal, congregación, templo de credo o denominación especifica, sólo
se puede entrar aceptando las normas, estatutos, reglamentos y disposiciones denominacionales o
pastorales internas, así también a la genuina iglesia del Señor sólo se ingresa aceptando a Jesucristo
como único y suficiente Salvador y Redentor de nuestras vidas y otorgándole voluntariamente la
categoría de Señor de nuestras vidas.
Sin embargo, al Reino de los Cielos, que es lo que Jesús y Juan el Bautista predicaron
esencialmente durante sus ministerios, no se ingresa con la misma actitud. Para ingresar al Reino, lo
que necesitamos por encima de todo lo demás, es revelación. Sin revelación del Espíritu Santo, no
podemos verlo, creer en Él, aceptar su existencia y. mucho menos, anhelar formar parte de Él.
Además, está lo más trascendente de todo esto. Una iglesia no fundamentada sobre la
revelación de Jesucristo, es creadora y formadora de gente sin identidad. Haz la prueba; pregunta a tus
conocidos si saben quienes son en Cristo. Van a darte cientos de respuestas, pero mucho me temo que
no te dirán la correcta. Y no porque no quieran, sino porque no la saben. La duda: ¿La sabes tú?
127 – Semillas Incorruptibles
La otra faceta importante para la vida de un creyente radica en la autoridad que pueda tener. Y
no hablo de jerarquías, posiciones, cargos o credenciales oficiales, hablo de autoridad de Reino. Tener
poder y certeza para decir, declarar, decretar y que todo eso se cumpla. Sólo de sitios con revelación de
Jesucristo es posible salir con ello. De otros lugares tradicionales y clásicos, ni lo sueñes.