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grupo o individuo como menos importante que otro, es pecado, y en vista del hecho que Cristo murió por
todos y cada uno en particular.
Al pie de la cruz somos todos iguales, tanto en nuestra dignidad, (El Señor envió a su Hijo a morir
por cada uno de nosotros), como en nuestra necesidad de aceptar su don o regalo de salvación.
Aprendamos a respetar y a honrar a cada persona y a cada pueblo, sin tener en cuenta su color o como
son.
(5) Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para
que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Simple, claro, preciso, escueto pero real, estrictamente real. ¿A quien o a quienes dice que elige
Dios para que sean herederos de Su Reino? A los espiritualmente pobres, de hecho; nada que ver con
falta de dinero.
Segunda opción: ¿Para quienes dice Dios mismo que está reservado y prometido ese Reino
suyo? Para los que le aman. ¡Obvio, hermano! ¡Los que no aman a Dios no están en la iglesia! ¿Sí? Yo
no apostaría todo a esa idea, créeme.
097 - Con Firme Vocación
En su segunda carta, el apóstol Pedro ofrece a los creyentes instrucciones y exhortaciones a
medida que se acerca al final de su vida. De acuerdo con antiguas tradiciones orales de la iglesia
primitiva, Pedro sufrió el martirio durante el reinado de Nerón. Si esto es así, entonces la muerte del
apóstol ocurrió antes del 68 d.C., fecha en que Nerón falleció.
Muchos especialistas del Nuevo Testamento dudan que Pedro haya sido el autor de esta
segunda carta, principalmente porque difiere en estilo y pensamiento con la primera, y porque existe
poca evidencia de que los padres de la iglesia hayan apoyado su autoría.
Algunos eruditos creen que un autor anónimo, apoyándose en las enseñanzas apostólicas tras el
martirio de Pedro, escribió la carta utilizando su nombre, aduciendo que se trataba de una práctica
común durante el siglo I.
Sin embargo, otros estudiosos conservadores normalmente sostienen que Pedro escribió las dos
epístolas que se le atribuyen, explicando que las diferencias se deben al uso de amanuenses distintos a
Silvano, o por haber redactado la carta sin la ayuda de un escriba.
Además, ciertas referencias de esta segunda de Pedro indican que el apóstol fue su autor; este
se identifica a sí mismo como Simón Pedro, apóstol; afirma haber estado con Cristo en el Monte de la
Transfiguración; había escrito una carta anterior a quienes se dirige; y usa muchas palabras y frases
similares a las que se encuentran en la primera carta.
Y es en su primer capítulo, en un extenso párrafo dedicado a examinar el crecimiento fructífero
de la fe, que Pedro desliza varios conceptos sumamente valiosos, entre los que podemos rescatar
algunos referidos al Reino de Dios.
(2 Pedro 1: 5) = Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a
vuestra fe virtud; a la virtud conocimiento; (6) al conocimiento, dominio propio; al dominio
propio, paciencia; a la paciencia, piedad; (7) a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal,
amor.