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Sucede que, independientemente de su profunda decepción y no menor tristeza como<br />
consecuencia, Jesús sabía perfectamente que su Padre había creado al hombre con una voluntad y<br />
que, llegado <strong>el</strong> momento, de ninguna manera iba a utilizar su tremendo poder <strong>para</strong> cambiarla.<br />
El hombre debía hacer lo que quería hacer, así eso lo llevara exactamente al lugar contrario al<br />
que Dios desea que vayamos todos. Eso se llama libertad, y nadie puede confundirla con libertinaje, ya<br />
que viene de Dios.<br />
(Hechos 20: 29) = Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros<br />
lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.<br />
A esto no es necesario ni siquiera meditarlo. Es tan evidente la existencia de lobos rapaces<br />
disfrazados de cristianos en sus congregaciones, que hu<strong>el</strong>gan los comentarios. Y dice que no<br />
perdonarán <strong>el</strong> rebaño, es decir que no estamos hablando de rediles.<br />
¿Está claro? Seguramente necesitas ahora que te recuerde que un rebaño es un grupo libre que<br />
anda por las montañas buscando los mejores pastos. El redil, por <strong>el</strong> contrario, es una prisión donde se<br />
debe comer lo que se le trae, así sea hojarasca.<br />
Hasta los albores de los años noventa, (en Argentina, obviamente, de otros lugares no tengo<br />
información), cada iglesia era un redil donde la oveja estaba obligada a comer. Alimento bueno, regular,<br />
deplorable u hojarasca, pero allí y nada más. Nadie lo podía discutir, nadie lo discutía.<br />
Un día aparecieron las emisoras de radio cristianas. Y más allá de su pobreza profesional y sus<br />
improvisaciones casi vergonzosas, las radios consiguieron algo que hasta allí le estaba vedado a la<br />
oveja: salir por los montes de la programación a buscar <strong>el</strong> mejor alimento.<br />
Hubo congregaciones que aumentaron considerablemente su membresía, otras que<br />
disminuyeron y, en algunos casos, otras más que debieron cerrar sus puertas. Hay gente que dejó de<br />
ser adorada y gente que comenzó a ser respetada. Dios es justo.<br />
(Mateo 7: 15) = Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas,<br />
pero por dentro son lobos rapaces.<br />
Aquí tienes con más claridad a los lobos rapaces que no perdonarán al rebaño, según veíamos<br />
en <strong>el</strong> texto anterior. Si desconfiabas de mi interpretación y estimabas que <strong>el</strong>la podía ser producto de<br />
algún resentimiento o rencor personal mío, te equivocaste, es notorio.<br />
Porque aquí tienes la confirmación clara de lo que dije: esos lobos rapaces, también llamados<br />
“falsos profetas” (O evang<strong>el</strong>istas, o apóstoles, o pastores, o maestros), vendrán vestidos de ovejas, esto<br />
es: vestidos de miembros de iglesias fi<strong>el</strong>es, sinceros, serios y bien vistos por sus hermanos.<br />
Esa es la única forma en que tú y yo podemos ser engañados: desde un púlpito por alguien con<br />
anteojos, traje, corbata y prestigio evangélico. ¿O vas a decirme que alguien suponía que <strong>el</strong> engaño de<br />
los últimos tiempos te lo iba a traer un funcionario gubernamental o un político?<br />
136 – Guardando <strong>el</strong> Corazón<br />
(Mateo 24: 24) = Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes<br />
señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aún a los escogidos.