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Leemos en <strong>el</strong> Proverbios 4:23 lo siguiente: Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;<br />
porque de él mana la vida. Y esto es lo que nos asegura que una persona sana va a producir una<br />
iglesia sana. ¿Sabes que cosa significa guardar tu corazón?<br />
Significa que indefectiblemente, si deseas servir, ministrar o simplemente adorar en paz a tu<br />
Señor, tendrás que tener tus marcas borradas, traumas sanados, amarguras y resentimientos<br />
clausurados con la sangre de Jesús. Esos son los <strong>el</strong>ementos que garantizan una iglesia sana.<br />
Debemos entender, definitivamente, la importancia de un corazón (Alma) sano. Una de las<br />
características de un corazón que no está sano, es que hará de su herida <strong>el</strong> eje central de la vida. Es<br />
decir que, tanto los pensamientos, las decisiones como la vida misma de esa persona, girarán en torno a<br />
la herida de su corazón. Eso no es apto <strong>para</strong> una vida de Reino.<br />
137 – Edificaré Mi Iglesia<br />
<strong>La</strong>s culturas más grandes de la historia de la humanidad, salieron de corazones heridos,<br />
traumados, sucios, no sanados por Dios y, obviamente, tampoco alineados con Dios. <strong>La</strong>s más<br />
poderosas ideas que han manejado las mentes humanas salieron de corazones erigidos como <strong>el</strong> centro<br />
de todo. Nombres y ap<strong>el</strong>lidos abundan, pero no vienen al caso. Tú sabes de qué estoy hablando.<br />
Por ese motivo es que, las mayores civilizaciones y culturas, siempre tenían algunas<br />
características en común. En primer lugar, tenían dioses falsos, hechos a la medida d<strong>el</strong> hombre. En<br />
segundo orden, eran una expresión manifestada de la “grandeza” d<strong>el</strong> hombre, sus cualidades y<br />
capacidades, así como su b<strong>el</strong>leza. Y, finalmente, se basaron en <strong>el</strong> control egoísta y se desvanecieron.<br />
Por eso es que, cuando nos encontramos con un Salmo como <strong>el</strong> 39 y verso 11, no podemos<br />
menos que estremecernos por esa calidad de sabiduría profética: Con castigos por <strong>el</strong> pecado<br />
corriges al hombre, y deshaces como polilla lo más estimado de él; ciertamente vanidad es todo<br />
hombre.<br />
Ciertamente, vanidad es todo hombre… Que verdad. Y todo por causa de un corazón que no<br />
está sano. Pero veamos: una herida producida en un corazón, no es un problema. El problema, en todo<br />
caso, es una persona que no quiera ser sana de esa herida.<br />
Fíjate que no es casual la com<strong>para</strong>ción con la polilla. ¿De que se alimenta la polilla? De ropa. ¿Y<br />
que tendrá que ver una prenda de vestir con esto? Mucho. El hombre sale a la calle, diariamente, con<br />
una ropa que lo muestra externamente, pero que oculta su interior.<br />
Alguien puede llevar prendas exquisitas y tener un corazón sucio. ¿Y por qué tanta importancia<br />
al corazón? Porque d<strong>el</strong> corazón salen los malos pensamientos, asesinatos, adulterios,<br />
fornicaciones, robos, falsos testimonios y blasfemias… Por eso.<br />
Aquí es donde la iglesia evangélica tradicional, la que sobreabunda en todo mi país y en <strong>el</strong> tuyo,<br />
hace especial énfasis e hincapié en la sanidad interior. Y no se está equivocando, debo ser honesto y<br />
reconocerlo. De hecho, es <strong>el</strong> ministerio de mayor trabajo y actividad en las iglesias.<br />
Pero ¿Sabes por qué no se está equivocando? Porque la gente de esas iglesias, en lugar de<br />
entregar sus vidas al Señor y andar en <strong>el</strong> Espíritu, negocia con Dios una especie de canje y le otorga<br />
prioridad a lo que su carne le indica. Y a la hora de la dolencia…