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115 – Blanco Sobre Negro<br />
Estuve durante quince años en una congregación que decidía hasta la enseñanza espiritual que<br />
debía impartirse durante <strong>el</strong> año por medio d<strong>el</strong> voto de sus miembros. Eso se llama democracia y es muy<br />
bienvenida en las naciones que rechazan de plano toda expresión fáctica, aristocrática o monárquica.<br />
De hecho, socialmente yo comparto esa idea. Mi país ha pasado por prolongadas y espinosas<br />
historias de gobiernos fácticos y la democracia, siempre parece lo mejor <strong>para</strong> <strong>el</strong> cultivo de las libertades<br />
individuales. Sin embargo, en la iglesia d<strong>el</strong> Señor no, por favor. Y mucho menos si piensas formar parte<br />
d<strong>el</strong> Reino. Un Reino tiene un Rey y <strong>el</strong> que manda y decide es <strong>el</strong> Rey.<br />
Y aquí debo hacer una aclaración muy necesaria <strong>para</strong> evitar confusiones letales. El que manda y<br />
decide es <strong>el</strong> Rey y todo <strong>el</strong> resto obedece. Ese Rey no tiene d<strong>el</strong>egados personales, da las órdenes de<br />
manera individual y directa. Yo formo parte de ese Reino, pero eso no me habilita a darte órdenes a ti. Y<br />
mucho menos a que esas órdenes sean consideradas infalibles e inap<strong>el</strong>ables. ¿Se entiende?<br />
Desde esas mayorías supuestamente evaluadas con precisión, se introducen toda suerte de<br />
conceptos falsificados con habilidad dialéctica, se disemina todo ese arsenal, se administra y controla<br />
cada paso partiendo de bases aparentemente normales, que a nadie le preocupa ni interesa si tienen<br />
raíz pecaminosa. El pecado es una palabra que solamente parece tener valor en estrados r<strong>el</strong>igiosos.<br />
Todo pasa por la cantidad, calidad y proporción de los recursos con que se manejen las cosas.<br />
Queda más que claro que en la tierra, en todos los sistemas d<strong>el</strong> mundo, normalmente gobierna aqu<strong>el</strong><br />
que logre tener <strong>el</strong> control de esos recursos.<br />
En esos quince años de iglesia democrática, jamás vi votar algo que iba en contra de los<br />
intereses o los deseos d<strong>el</strong> pastor. ¿Casualidad? ¿Inhabilidad? No; mejor politiquería r<strong>el</strong>igiosa de alto<br />
niv<strong>el</strong>. Los que apoyaban sus “mociones”, terminaban siendo sus dilectos ayudantes.<br />
Todo esto se da en medio de una rara lucha por derechos con sus consecuentes<br />
discriminaciones. Los cristianos están tomando partido por causas nobles que no representan al Reino<br />
de Dios y mucho menos a su justicia, pero lo hacen <strong>para</strong> no ser tratados como discriminadores.<br />
Porque hay temas que muy bien pueden colocarse en la mesa de las discusiones y los debates,<br />
pero hay otros que por su contundencia de sentencia bíblica, ya están definidos, al menos <strong>para</strong><br />
nosotros. Una cosa es la discriminación y otra la verdad pura.<br />
Se trata –Reitero-, de poner blanco sobre negro y, a lo que es amor llamarlo amor, y a lo que es<br />
pecado, por su nombre real. Nadie está obligado a cumplirlo. Nadie está obligado a aceptarlo.<br />
¿Igualdad? De acuerdo, pero permítanme no aceptarlo <strong>para</strong> mi ni <strong>para</strong> mi entorno. Tú haz lo que<br />
quieras, eso se llama libertad.<br />
No te olvides que Dios jamás obligará a nadie a irse al ci<strong>el</strong>o con Él. Lo desea y lo c<strong>el</strong>ebra, pero<br />
no lo impone. Eso es libertad. Puedes tomar la decisión de irte al infierno <strong>el</strong> día que te mueras, hoy<br />
mismo. Y así será. Serás libre de decidirlo, aunque permíteme que no aplauda esa decisión.<br />
Dios no nos obliga a ninguno de nosotros a ir a pasar la eternidad a su lado. Él lo desea, no<br />
tengas dudas; pero te otorga la libertad de decidirlo, aciertes o te equivoques. Algunos todavía enseñan<br />
que nuestra salvación es <strong>el</strong> propósito de Dios. No, hermano; ese es Su deseo. Su propósito es extender<br />
su Reino. Y <strong>para</strong> eso se necesita gente salva. Con la otra no se puede.