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105<br />

parábola no fue demasiado sencillo porque todos decíamos, con cierta lógica: “¡Como no vamos a<br />

darnos cuenta de lo que es trigo bueno y cizaña si no se parecen en nada!<br />

Pero eso fue hasta que aprendimos a estudiar la Palabra con todos los <strong>el</strong>ementos disponibles a<br />

nuestro alcance, sometiendo todo a la rev<strong>el</strong>ación d<strong>el</strong> Espíritu Santo y confirmándolo con información<br />

cierta y hasta científica o técnica.<br />

Allí supimos que la cizaña, en realidad, era una planta anual de la familia de las Gramíneas,<br />

cuyas cañas crecían hasta más de un metro de altura, con hojas estrechas de veinte centímetros de<br />

largo y flores en espigas terminales comprimidas, con aristas agudas, muy similares a las de trigo.<br />

Se criaba espontáneamente en los sembrados, precisamente, de trigo, y la harina que podía<br />

producirse con su semilla, era altamente venenosa. Esto, mi amado hermano o hermana, cambió<br />

totalmente <strong>el</strong> sentido de esta parábola y de otros muchos textos que la mencionan.<br />

<strong>La</strong> cizaña y <strong>el</strong> trigo conviven por una sencilla razón: sin discernimiento preciso, nadie puede<br />

determinar cual es una y cual es la otra. Sin embargo, a la hora de ingerirla, mientras la de trigo te nutre<br />

y te alimenta, la de cizaña te envenena.<br />

¿Alguien se ha informado alguna vez de cómo es una muerte por envenenamiento de esta<br />

naturaleza? Mayoritariamente, en primer lugar quien se envenena cae en un estado de sopor, de<br />

inmovilidad, de carencia total de reacción. Luego es dominado por un sueño incontrolable y se queda<br />

dormido. Finalmente pasa directamente de ese sueño a la muerte. Ahora reflexiona: ¿Le encuentras<br />

algún parecido con <strong>el</strong> estado actual de muchos cristianos en Babilonia?<br />

El mensaje central de esta parábola es que <strong>el</strong> Reino consumado de Dios es diferente al presente<br />

reino natural y visible. El primero existe en un ámbito espiritual y es perfecto, donde sólo pueden habitar<br />

los auténticos hijos de Dios. El otro, es <strong>el</strong> reino en <strong>el</strong> cual conviven trigo y cizaña, y donde muchos que<br />

parecen ser cristianos no lo son y otros que no lo parecen terminan siéndolo. En los siguientes versos,<br />

Jesús la explica.<br />

(38) El campo es <strong>el</strong> mundo, la buena semilla son los hijos d<strong>el</strong> reino, y la cizaña son los<br />

hijos d<strong>el</strong> malo.<br />

(39) El enemigo que la sembró es <strong>el</strong> diablo; la siega es <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> siglo; y los segadores son<br />

los áng<strong>el</strong>es. (Un solo detalle: no se habla de serafines o querubines, se habla de mensajeros, que<br />

también podrían ser hombres o mujeres)<br />

(40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en <strong>el</strong> fuego, así será <strong>el</strong> fin de<br />

este siglo. (Recuerda que siglo, aquí, es sistema.)<br />

(41) Enviará <strong>el</strong> Hijo d<strong>el</strong> Hombre a sus áng<strong>el</strong>es (Mensajeros), y recogerán de su reino a<br />

todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, (¿Has leído correctamente? Dice que<br />

a estos negativos los recogerá de su reino, no d<strong>el</strong> mundo secular) (42) y los echarán en <strong>el</strong> horno de<br />

fuego; allí será <strong>el</strong> lloro y <strong>el</strong> crujir de dientes.<br />

(43) Entonces (Después que todo esto haya sucedido) los justos resplandecerán como <strong>el</strong> sol<br />

en <strong>el</strong> reino de su Padre. El que tiene oídos <strong>para</strong> oír, oiga.<br />

Este acontecimiento, previo al arrebatamiento d<strong>el</strong> que se habla en Tesalonicenses, es lo que<br />

llamamos “la siega de la cizaña”, y que es coherente con la expresión de que todo será “como en los<br />

días de Noé” y que dio origen a un trabajo nuestro con ese título.

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