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Dicen los que saben que Jesús se sentó en la barca mientras la gente lo quedaba oyendo en la
orilla, para aprovechar al agua como conductor del sonido de su voz. De otro modo, nadie me puede
explicar como, sin los equipos de audio que hoy disponemos y disfrutamos, podían escucharlo desde
metros y metros de distancia.
Puede ser eso del agua, pero no sé que hacer con sus predicaciones al aire libre en sitios donde
no había agua. Es inútil; por más que el tiempo pasa y se supone que crecemos y maduramos, hay
ciertas cosas de Dios que todavía nos cuesta admitir.
(Mateo 13: 10) = Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por
parábolas?
Está bueno saber, en primer lugar, que cosa es una parábola. Dice el diccionario que es una
narración de un suceso fingido, del que se deduce, ya sea por comparación o semejanza, una verdad
importante o una enseñanza moral.
Así que, si medimos tiempos y épocas, la pregunta de los discípulos tiene una lógica indiscutible.
Sobre todo si ellos eran de los que estaban del lado de los que no entendían nada. Lejos de ignorarlos,
Él les responde el motivo.
(11) El, respondiendo, les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino
de los cielos; mas a ellos no les es dado.
En el evangelio de Marcos, en 4:11 está este mismo relato, pero allí se lo publica con alguna leve
alteración a este de Mateo. Dice: Y les dijo: a vosotros os es dado saber el misterio del reino de
Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas.
Quiero que entiendas bien el significado, en estos textos, de una palabra que nosotros utilizamos
de un modo muy diferente al que aquí se ha encontrado: misterio. El vocablo griego usado es
musterion, y proviene de mueo, que significa “iniciarse en los misterios”; y como a un misterio lo
conocen únicamente los iniciados, alguna cosa escondida requiere de una revelación especial.
Tengo por allí un estudio relacionado precisamente con los misterios de Dios. Y más allá de la
esencia particular de ese trabajo, una de las cosas que descubrí cuando lo estaba armando, fue que
conjuntamente con la palabra misterio, en la Biblia, indefectiblemente está la palabra revelación.
Por eso es que, en el Nuevo Testamento, la palabra indica alguna cosa que la gente nunca
podría conocer por su propio entendimiento, y que demanda una revelación de Dios. Los pensamientos
secretos, los planes y las dispensaciones de Dios permanecen escondidos para la humanidad irredenta,
pero son revelados a todos los creyentes.
En el griego no bíblico, musterion es conocimiento retenido, oculto o en silencio. En el griego
bíblico, en cambio y por el contrario, es verdad revelada. El musterion del Nuevo Testamento se centra
en la vida sin pecado de Cristo, su muerte expiatoria, su poderosa resurrección y su gloriosa ascensión.
Es notorio que lo que se nos explica, es que un misterio relacionado con Dios, sólo puede
develarse por revelación, no de otro modo convencional. El misterio del Reino de Dios, entonces,
significa que el Reino de Dios ha venido en la persona de Jesús de Nazaret.
Que ha venido en sus palabras y obras; un Reino que comienza a penetrar la situación humana
de una nueva forma, en y a través de su ministerio, el cual continúa a través de la iglesia, y que espera
su total consumación en el final de los tiempos.