Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
207<br />
(Verso 17) = Pero <strong>el</strong> Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, <strong>para</strong> que por mí fuese<br />
cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca d<strong>el</strong> león.<br />
(18) Y <strong>el</strong> Señor me librará de toda obra mala, y me preservará <strong>para</strong> su reino c<strong>el</strong>estial. A él<br />
sea la gloria por los siglos de lo siglos. Amén.<br />
Aunque los hombres abandonaron a Pablo en la primera sesión d<strong>el</strong> tribunal que lo juzgó, <strong>el</strong><br />
Señor no lo hizo. Evidentemente, Pablo aprovechó la ocasión <strong>para</strong> anunciar <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io. Como<br />
ciudadano romano, <strong>el</strong> apóstol no podía ser arrojado a los leones en <strong>el</strong> anfiteatro público. Por eso,<br />
“librado de la boca d<strong>el</strong> león”, era una forma figurada de decir que los esfuerzos de Satanás de provocar<br />
una muerte prematura a Pablo, habían sido alejados por <strong>el</strong> momento.<br />
El final, sin embargo, encierra una hermosa promesa que hoy, a nosotros, sólo nos resta<br />
proteger, mantener y sostener en alto. Librados de todo <strong>el</strong> mal sólo por ser miembros de Su Reino, y<br />
preservados hasta <strong>el</strong> final de cualquier amenaza de corrupción. ¿Necesitas más?<br />
095 - Un Reino Inconmovible<br />
<strong>La</strong> epístola a los Hebreos no identifica a su autor, y la tradición cristiana no ofrece una respuesta<br />
unánime sobre la identidad de este. Algunos especialistas señalan ciertas evidencias que apuntan hacia<br />
Pablo como su autor, mientras otros sugieren que uno de sus colaboradores, como Bernabé o Apolos,<br />
pudo haber escrito la carta.<br />
Estas especulaciones que vengo oyendo desde que comencé a ir a una iglesia, han sido y<br />
siguen siendo infructuosas, y la mejor conclusión quizás sea la de Orígenes, quien en <strong>el</strong> siglo Tercero<br />
afirmó que sólo Dios sabía con certeza quien escribió esta epístola. Hubiéramos comenzado por allí,<br />
¿No crees?<br />
He descartado un par de menciones al reino que había en esta carta, pero que estaban inmersas<br />
en prosa poética o en simple referencia a reinos mundanos. Me he quedado con lo escrito en <strong>el</strong> capítulo<br />
12, donde se habla de una voz c<strong>el</strong>estial.<br />
(Hebreos 12: 25) = Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aqu<strong>el</strong>los<br />
que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháramos al<br />
que amonesta desde los ci<strong>el</strong>os.<br />
El autor de la carta está haciendo una com<strong>para</strong>ción bastante clara respecto a lo que <strong>el</strong> pueblo de<br />
Isra<strong>el</strong> recibiera en <strong>el</strong> monte Sinaí, con lo que luego recibió de parte de Jesús. Y les dice que si no<br />
pudieron escapar a la condenación por haber sido indiferentes en <strong>el</strong> tiempo de Moisés, tampoco podrán<br />
hacerlo ahora, si siguen en la misma tesitura con las palabras de Jesús.<br />
(26) <strong>La</strong> voz d<strong>el</strong> cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: aún<br />
una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o.<br />
(27) Y esta frase: aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas<br />
hechas, <strong>para</strong> que queden las inconmovibles.<br />
(28) Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante<br />
<strong>el</strong>la sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; (29) porque nuestro Dios es fuego<br />
consumidor.