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Discípulos de Jesús, frutos para mostrar. Y no estoy hablando de personas convertidas, estoy
hablando de un carácter, una serenidad, una simpleza y una vitalidad espiritual similar a la de Él.
Además, lo expresado en Juan 8:31: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos.
Y esto, créeme, es para examinarlo cuidadosamente. Una gran parte de la iglesia evangélica,
más que en la palabra del Señor, permanece en la doctrina de su denominación. La verdad sea dicha. Y
lo peor: si se oponen a los dictados de sus doctrinas denominacionales por haber comprobado que
están en oposición a lo escrito en la Biblia, son invitados a retirarse de la iglesia. Eso sí: “en el nombre
del Señor”. ¡¡Dios!! ¿De qué “señor” hablan?
La calidad de discípulos de Cristo, independientemente de darte acceso al Reino de los Cielos, te
otorga los elementos que te hacen ciudadano de honor de ese Reino. En principio, transforma tu
mentalidad y te libera de los sistemas del mundo.
Escucha: dije que transforma tu mentalidad. No me escribas un correo preguntándome que
debes hacer para cambiar, porque elegirme a mí para que te diga lo que tienes que hacer, sólo es
cambiar de referente. Dije de mentalidad.
Los discípulos genuinos son personas que consiguen despegar de sus almas, (Es decir: de sus
emociones, de sus mentes, de sus voluntades), ideas que pertenecen a Satanás y no a Dios. ¿Sabes
cuantas hay? ¿Sabes con cuantas yo me peleo a diario, todavía, hoy, a tantos años de mi ingreso al
evangelio y ahora también al Reino? Entiende: no soy mejor que tú, sólo llegué antes a algunas
verdades.
Esta es la gente que obtiene victorias tangibles sobre los sistemas organizados, y sale de ellos
cuando se dispone a hacerlo. ¿Ejemplo? Sistemas religiosos. Los hay. Son peores que muchos
sistemas mundanos. Créelo.
Y no tiene nada, pero absolutamente nada que ver, -lo reiteraré por enésima vez-, con los que se
van de la iglesia enojados porque el pastor no les permitió cantar una canción el domingo pasado en ese
culto donde había tanta gente dispuesta a aplaudirlos…
Pero, además, esta también es gente que se entrena en conocer y experimentar esferas de
autoridad espiritual y natural, con la finalidad de ejercer gobierno. Una cosa es un cristiano de cualquier
credo en áreas gubernamentales, y otra muy distinta gente del Reino.
Lo primero, puede ser más de lo mismo; lo segundo, jamás. La pregunta clave, entonces, es: ¿A
cuantos conociste? Yo todavía a ninguno. En áreas de gobierno, estoy diciendo; al menos de mi tierra.
Respecto a lo primero, hay que decir la verdad. Hay pruebas concretas con ex presidentes
declaradamente evangélicos de algunos países y sus tareas de funcionarios con tremendas fallas.
El Reino, esencialmente se conforma y se nutre de personas que, luego de establecerse en la
identidad de Dios y obtener la mente y el carácter de Cristo, están en condiciones de ejercer su
autoridad sobre todo lo que no es de Dios a su alrededor.
Líderes en la batalla de los dos reinos. Porque mis enemigos no son los católicos romanos, los
Testigos de Jehová ni los de la otra denominación evangélica. Tampoco los conservadores si soy
pentecostal o los pentecostales si soy conservador. Mis enemigos no son carne y sangre, aunque la
utilicen.
¿Dos reinos? ¿Ha dicho usted dos reinos? ¿Es que realmente existen dos reinos o todo es una
metáfora que no debe tomarse con seriedad porque sólo evidencia conceptos que no alcanzan a