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La carne, en este verso, está escrita en los originales con la palabra sarx y se refiere a la
sustancia del cuerpo, ya sea de animales o individuos. En su uso idiomático, la palabra indica la raza
humana o los individuos como personas.
Cabe añadir, si se puede añadir algo más, que en un sentido ético y espiritual, sarx designa la
naturaleza inferior de una persona, el asiento y vehículo de los deseos pecaminosos. Y esto –quiero
recordarte- se origina nada menos que en una suerte de agonía previa y anticipatoria de Jesús.
No te olvides, (Si es que por algún momento te has permitido olvidarte), que la agonía que Jesús
experimentó no estaba ocasionada por el temor a la muerte física, sino por la asociación de su muerte
con el pecado. Su naturaleza sin mancha tembló ante esa perspectiva. No pretendo que seamos
capaces de entender eso. Era Jesús.
(1 Corintios 15: 33) = No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas
costumbres.
(34) Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios; para vergüenza
vuestra lo digo.
¿Qué te parece si tú hablas con tu pastor para que me invite a tu iglesia y, cuando predico, hablo
exactamente de esto y repito estas mismas palabras? Probablemente, y como ya me ha sucedido en
algunos lugares, lo mío no pase de debut y despedida, ¿No es así? Bien; Pablo no tuvo ese temor.
¿Qué es lo que les puntualiza a los corintios para que ellos puedan ser en algún momento parte
integrante y activa del Reino de Dios? Que no tengan malas conversaciones, que velen debidamente y
que procuren conocer, es decir: tener intimidad con Dios. Toma nota de esto.
¿Y que cosa significa el tener “malas conversaciones”? Mira; de esto sí se ha hablado, y
lamentablemente se ha caído en excesos que han llevado a expresiones de religiosidad suma, y no a la
solución del problema.
Comenzando que una mala conversación, en algunos lugares, sería alguna referida al manejo,
mal manejo, deficiente manejo o erróneo manejo de la iglesia, sus finanzas, etc. nada que ver. Las
malas conversaciones que aquí interesan, son las que ponen en duda la calidad del Reino de Dios.
Aquí es donde tú te espantas santamente y me preguntas: “¡Hermano! ¿Es que alguien puede
tener la osadía de poner en duda la calidad del Reino de los Cielos? ¡Por supuesto! El dios de este
sistema, propietario del otro reino en disputa. ¿A cual le creerás?
Las malas conversaciones en las que un miembro del Reino de Dios, además, no debe caer ni
incursionar, son aquellas que no edifican, que no glorifican a Dios y que no tienen, como epicentro,
presentarlo a una sociedad que no lo conoce.
Todo lo que es pérdida de tiempo, es pérdida de brújula. Por eso en algunas ocasiones el mal
cine, las malas lecturas y otros entretenimientos, sin ser pecados en sí mismos, no son aconsejables. A
eso, si quieres, súmale la malicia, las groserías y promiscuidades por el estilo.
Aunque, si debo ser sincero y honesto, (Que es la base esencial de este trabajo), no puedo
silenciar lo que también es pérdida de tiempo por malas conversaciones adentro de la iglesia. Aunque
los temas sean muy religiosos y para nada mundanos. No le hace, la esencia es la misma.