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273<br />
pidiendo un sacrificio; te está avisando que te ha dado mayor capacidad de fortaleza y que, a partir de<br />
ese momento, puedes utilizarla.<br />
Actualmente, este es <strong>el</strong> triste cuadro de vida en muchas iglesias. Hay una muy escasa, que digo<br />
escasa; ¡escasísima! rev<strong>el</strong>ación de Cristo, ya que son muy pocos los que han probado <strong>el</strong> agua viva no<br />
adulterada. Hay más contaminación que en las grandes ciudades, aunque con algo peor que <strong>el</strong> smog…<br />
El agua que <strong>el</strong>los ofrecen se encuentra mezclada con aditivos, lo cual produce r<strong>el</strong>igión. Ahora<br />
fíjate que en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de Génesis, <strong>el</strong> agua viva tocó lo que Dios había creado, porque la tierra estaba<br />
reposando EN Jesús.<br />
Dice que Dios formó al hombre d<strong>el</strong> polvo de la tierra, <strong>el</strong> cual surgió d<strong>el</strong> agua. <strong>La</strong>s semillas de la<br />
tierra se originaron en <strong>el</strong> agua viva, y permanecieron en un estado latente hasta que la tierra seca<br />
apareció.<br />
¿Alguna vez has prestado atención, estudiado o considerado <strong>el</strong> origen y <strong>el</strong> ADN de todas las<br />
semillas que existen en la tierra? Sería más que interesante y más que int<strong>el</strong>igente que lo hagas.<br />
Recuerda que en la creación Dios dijo: Sea la luz.<br />
Dios impartió Su gloria e impregnó las aguas con su ADN y Sus propósitos. ¿Suena muy raro<br />
decirlo así no crees? Pero así es en este tiempo. Dios también vive en <strong>el</strong> siglo veintiuno. <strong>La</strong> tierra seca<br />
apareció como un vientre, figurativamente hablando, que contuvo las semillas de Dios en <strong>el</strong>la.<br />
133 - ¿Para Vergüenza Nuestra?<br />
Quiero darte algunos textos que tienen que ver con esas advertencias. Te sugiero no pasarlos<br />
por alto “total ya me los sé de memoria”. Lé<strong>el</strong>os con detenimiento y podrás comprobar que, en alguno de<br />
<strong>el</strong>los, estás inscripto. Y no por malo o desobediente, sino por humano y carnal.<br />
(Mateo 26: 41) = V<strong>el</strong>ad y orad, <strong>para</strong> que no entréis en tentación; <strong>el</strong> espíritu a la verdad está<br />
dispuesto, pero la carne es débil.<br />
Nosotros, de este verso, solamente hemos retenido <strong>el</strong> final y lo utilizamos como excusa válida<br />
<strong>para</strong> nuestros pecados. ¡Es que la carne es débil, hermano! Sí, pero eso sucede porque no estamos<br />
v<strong>el</strong>ando y orando <strong>para</strong> no entrar en tentación. ¿Lo estás haciendo tú con regularidad?<br />
Quiero que lo entiendas con la mayor claridad, <strong>para</strong> que así no cometas <strong>el</strong> error de ir a enseñar<br />
lo contrario a cualquier parte porque <strong>el</strong> hermano lo dijo en su libro. V<strong>el</strong>ar y orar implica exactamente eso:<br />
vigilar con todos nuestros radares encendidos y no dejar de orar por ninguna razón.<br />
Además, ¿Cuánto hace que alguien te dijo, aunque más no fuera como al pasar, que sólo <strong>el</strong><br />
estar atento y vigilante, (Eso también es v<strong>el</strong>ar) y metido en oración casi permanente, son los únicos<br />
reaseguros <strong>para</strong> no caer en cualquiera de las miles y miles de tentaciones que andan por la vida<br />
buscando cristianos distraídos?<br />
¿Es que esas dos cosas son, de alguna manera, una especie de amuleto mágico que impide ser<br />
tentado? No, en absoluto. Ni se te ocurra. Lo que sí representan, en cambio, es un ingreso al mundo<br />
espiritual que, por intensidad de movimiento, impide que otra parte de ese mundo, -la negativa-, entre en<br />
tu mente y te invite a acercarte al pecado.