Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
12<br />
hasta <strong>el</strong> cansancio, pero que cuando lo oí por primera vez, creí que no podía ser cierto: hay gente que<br />
lee su Biblia durante cincuenta años, ¡Y jamás llega a tocar la Palabra!<br />
Porque nuestros sermones, al menos en la mayoría de los casos que a mí me tocó escuchar, no<br />
salían de los rudimentos clásicos de la salvación, <strong>el</strong> perdón de los pecados, <strong>el</strong> amor de Dios que<br />
aceptaba todo y la vida eterna en aqu<strong>el</strong>la hipotética nube tocando la lira.<br />
Estos estudios difundidos en conferencias, (Dos términos que a una enorme mayoría de<br />
cristianos les resultaban total y absolutamente desconocidos), versaban mayoritariamente sobre <strong>el</strong><br />
Reino de Dios. Y te puedo asegurar que <strong>para</strong> muchos de nosotros, esos títulos sonaban un tanto<br />
aburridos.<br />
Y <strong>el</strong> predicador se esmeraba por decir casi permanentemente algo que yo había leído alguna vez<br />
en la Biblia sin darle demasiada importancia: <strong>el</strong> reino de los ci<strong>el</strong>os se ha acercado. Lo que todavía hoy<br />
no entiendo, (No hay modo humano de entender las vendas mágicas d<strong>el</strong> infierno) es por qué nos<br />
parecía raro lo que era ciento por ciento bíblico.<br />
Ese hombre me explicó (A mí y a una enorme cantidad de personas que, mayoritariamente, lo<br />
olvidaron y sepultaron en medio de pro<strong>seguir</strong> con sus costumbres y tradiciones eclesiásticas milenarias)<br />
que <strong>el</strong> Reino no era una nube, sino una jurisdicción espiritual no geográfica, donde un rey era la única<br />
autoridad indiscutida.<br />
Y también me hizo saber que a ese Reino no se accedía cuando uno se moría, tal como<br />
habíamos aprendido en nuestras escu<strong>el</strong>itas dominicales, sino como resultado de nuestra decisión de fe<br />
<strong>para</strong> ser salvos. Porque todos sabíamos que la salvación era por gracia, pero pocos o ninguno que<br />
entrar al Reino tenía un precio.<br />
Este moreno, como podrás imaginarte, tuvo gran cantidad de detractores. Teólogos, pastores y<br />
pequeños o grandes líderes que no aceptaban tener que ponerse a estudiar de nuevo, pese a que se<br />
daban perfecta cuenta que a lo que sabían y enseñaban les faltaba un rato largo. ¿Se llama necedad,<br />
no?<br />
Yo fui uno de los que fueron ayudados de tal manera por <strong>el</strong> Espíritu Santo, que no me costó ni<br />
tiempo ni esfuerzo saber que eso era verdad y aceptarla de inmediato como tal. Como suficiente<br />
respaldo tenía mi Biblia, donde podía comprobar a cada paso que Jesús, durante todo su ministerio, casi<br />
nunca habló de salvación, sino que se pasó todo <strong>el</strong> tiempo hablando d<strong>el</strong> Reino.<br />
Me pregunto por qué la iglesia cambió ese discurso. ¿Lo habrá hecho por simple ignorancia o<br />
error, o porque alguien pensó que si negociaba salvaciones eternas podía aspirar a recompensas más<br />
suculentas?<br />
No importa. Ya pasó, fue así y no podemos revertir eso. Y tampoco ganamos nada criticándolo.<br />
El pueblo de Dios, antes que hacer, debe ser. Y cuando te hable de esto, quizá te sientas como yo<br />
mismo me sentí alguna vez: ¡Eh! ¡Eso es <strong>para</strong> mí!<br />
Durante todos estos años, fui consciente de estar perteneciendo y sirviendo al Reino de Dios.<br />
Mal, bien, regular, no lo sé. Lo que sí sé, y mi Señor también lo sabe, es que traté de hacerlo lo mejor<br />
posible con todo lo que la Palabra me habilitara.<br />
Era nada, luego era poco, después algo y hoy llega algo más que quiero compartir con todos los<br />
que andan por mis mismos caminos. Todo <strong>el</strong> material que entonces recibí y volqué en trabajos<br />
individuales, sumado a lo que luego <strong>el</strong> Espíritu Santo quiso darme, está aquí.