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Pero si la has tomado, será para cumplirla. De otro modo, no interesa cuan llamado hayas sido.
Lo que interesará es que Dios te apruebe. Como usar, Dios ha usado a muchos que luego no aprobaron.
Sólo lee la Biblia. Toma nota de todos los nombres que parecen importantes y luego examina el final de
sus historias.
053 - Entrando y Dejando Entrar
En el capítulo 23, nos encontramos con un Jesús que, muy lejos de sujetarse a lo que en ese
momento era la iglesia estructural a la que supuestamente Él y su familia pertenecían, confronta
agudamente a los fariseos, jerarcas de la organización.
En más de un texto vemos que refuta con indisimulado vigor a los dignatarios aludidos, después
de haber puesto a sus seguidores en guardia contra ellos. El Señor condena tanto la autosuficiencia
como la hipocresía de ellos, llenas de manifestaciones externas, pero vacía de contenido espiritual. ¿Te
suena familiar con alguna escena contemporánea?
(Mateo 23: 1) = Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: (2) en la
cátedra de Moisés se sientan los escribas y fariseos.
(3) Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis
conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
Los fariseos eran los más reconocidos maestros de la Ley de Moisés, aunque fallaban a la hora
de observar sus propios preceptos. Muchas de sus enseñanzas eran profundas, pero Jesús examinó
aquellos aspectos en los cuales su hipocresía anulaba la validez de sus doctrinas.
Fíjate que esto no es algo relacionado solamente con la historia. Esto es algo que tiene que ver
con un libreto emanado del infierno, y adoptado por todos aquellos religiosos que suponen estar algunos
escalones por encima de los demás. Hoy también hay gente que exige cumplimiento a reglas y estatutos
que ellos mismos distan mucho de cumplir.
(4) Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los
hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Jesús, aquí, se refiere puntualmente a las innumerables disposiciones y regulaciones que
reducían la religión a un sistema pesado y confuso de observancias rituales que mantenían a la gente en
una servidumbre permanente.
(5) Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus
filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; (6) y aman los primeros asientos en las cenas, y
las primeras sillas en las sinagogas, (7) y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los
llamen: Rabí, Rabí.
Escribas y fariseos. De ellos habla esta historia. ¿Pero no te suena familiar, como si fuera mucho
más cercana que desde el fondo de la historia bíblica, como parecería ser? No te quepan dudas, claro
que es mucho más cercana. Quizás hasta tiene que ver con tu propia iglesia. …O contigo mismo…
Cuando comencé a trabajar de periodista en una emisora de radio, en los finales de la década
del 60, estaba en el micrófono mañana, tarde y noche. Hacía un programa de música de tango, otro de
interés general, participaba en la tira deportiva y hasta hacía un dudoso humor en uno de fines de
semana. Yo lo argumentaba todo con que: …Me gusta hacer radio, es mi profesión…”