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(14) Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas
le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será
destruido.
Luego vienen varios versículos referidos concretamente a una interpretación lineal de la visión de
Daniel para, en el verso 27, concluir con todo esto del modo más natural y lógico en el plano espiritual:
entregando el reino a sus legítimos propietarios, enviados por el rey a apropiarse.
(Verso 26) = Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y
arruinado hasta el fin, (27) y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo
el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los
dominios le servirán y obedecerán.
Aquí está, la que creo yo es la máxima promesa divina respecto a su pueblo: la herencia del
Reino. ¿Eso significa, entonces, que todos los que se congregan en iglesias cristianas heredarán el
Reino de los Cielos? Ni lo sueñes. Esto es mucho más profundo, grave, delicado y puntual que lo que
pueda ofrecerte una organización religiosa que dice seguir y respetar la Palabra de Dios. Esto tiene que
ver con tu vida.
023 - El Auténtico Propietario
Una breve mención terrenal hay en el libro de Oseas, nada en Joel, tres en Amós y por fin
llegamos a Abdías, donde nos encontramos con algunos de sus veintiún versículos dedicados a reflejar
el triunfo final de Israel que, en suma, es como decir hoy el triunfo final de la iglesia.
(Abdías 17) = Mas en el monte de Sión habrá un remanente que se salve; (Di en voz alta
para que se te escuche tanto en el cielo como en el infierno: “¡Yo soy parte de ese remanente!”) y será
santo, (Ahora di: “¡Soy santo!”) y la casa de Jacob (La iglesia) recuperará sus posesiones. (No habla
de algo material, habla de Reino).
(18) La casa de Jacob (Iglesia) será fuego, y la casa de José (Pueblo) será llama, y la casa
de Esaú (Religión) estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aún resto quedará de la casa de
Esaú, porque Jehová lo ha dicho.
(19) Y los de Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela a los filisteos; poseerán
también los campos de Efraín, y los campos de samaria; y Benjamín a Galaad.
(20) Y los cautivos de este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos hasta
Sarepta; y los cautivos de Jerusalén que están en Separad poseerán las ciudades del Neguev.
(21) Y subirán salvadores al monte de Sión para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de
Jehová.
Es imposible develar sin revelación del Espíritu Santo el real contenido de este texto. Si se
encara con lectura literal e interpretación intelectual, no pasa de ser un contexto sin demasiada
gravitación sobre historia hebrea.
Pero; ¿Cuántos saben que Dios no hizo escribir la Biblia con la finalidad de que tú y yo
aprobemos materias en el instituto de Teología? Y la otra más importante: ¿Cuántos creen que sin
revelación no vemos ni entramos al Reino?