Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
Pulsa aquà para seguir leyendo y descargar el ... - La Web Cristiana
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
181<br />
Pablo es cuidadoso a la hora de establecer su comunicación con la iglesia. Porque –hay que<br />
puntualizarlo- él no envía su carta a un anciano, un pastor o un responsable, tal como se haría hoy, sino<br />
a la iglesia en su conjunto. Y les dice que es <strong>para</strong> amonestarlos por amor, no por c<strong>el</strong>o particular.<br />
(15) Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en<br />
Cristo Jesús yo os engendré por medio d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io.<br />
Para poder entender en parte este verso, hay que saber lo que era un ayo. Era originalmente un<br />
esclavo que llevaba a los hijos de su amo a la escu<strong>el</strong>a. <strong>La</strong> ley fue ayo <strong>para</strong> los judíos hasta que vino<br />
Cristo. Pero todo <strong>el</strong> que hubiera sido conducido a Cristo, ya no estaba bajo ese ayo.<br />
(16) Por tanto, os ruego que me imitéis.<br />
No se me ocurre otra expresión que: !!!!!!!!!!!!!! ¿A quien se le podría ocurrir, hoy, desde cualquier<br />
púlpito de cualquier buena iglesia d<strong>el</strong> planeta, decirle a los hermanos que lo están escuchando, que lo<br />
imiten? Y si lo hiciera, ¿Qué se supone que le responderían? ¡¡¡Soberbio!!! Ese es Pablo.<br />
Me seduce Pablo en estas cosas, porque no es <strong>el</strong> clásico ministro pusilánime y dubitativo que va<br />
a decir que sigan a Cristo, que imiten a Cristo y todo lo que deba decir <strong>para</strong> no atraer sobre sí las<br />
miradas de la gente. ¿Quienes de los cristianos que conoces resiste un archivo? Pablo sí.<br />
(17) Por esto mismo he enviado a Timoteo, que es mi hijo amado y fi<strong>el</strong> en <strong>el</strong> Señor, <strong>el</strong> cual<br />
os recordará mi proceder en Cristo, de la manera que enseño en todas partes y en todas las<br />
iglesias.<br />
(18) Mas algunos están envanecidos, como si yo nunca hubiese de ir a vosotros.<br />
(19) Pero iré pronto a vosotros, si <strong>el</strong> Señor quiere, y conoceré, no las palabras, sino <strong>el</strong><br />
poder de los que andan envanecidos.<br />
¿Sabes? Leyendo esto, no pude menos que pensar por un momento, que estas palabras de<br />
Pablo hace tantos años atrás, muy bien podrían haber sido pronunciadas hoy mismo, en cualquiera<br />
lugar d<strong>el</strong> planeta y con r<strong>el</strong>ación a cualquiera de las muchas iglesias evangélicas allí plantadas.<br />
Volví a recordar la anécdota de los dos pastores, uno argentino y otro venezolano. Cuando <strong>el</strong><br />
venezolano visitaba mi país, hablaba maravillas de lo que sucedía allá, en su iglesia. <strong>La</strong> mayoría de<br />
nosotros se quedaba con deseos de comprar un boleto y viajar urgente a Venezu<strong>el</strong>a a vivir todas esas<br />
maravillas.<br />
Lo curioso era que, conforme al r<strong>el</strong>ato de un hermano confiable de Venezu<strong>el</strong>a, <strong>el</strong> pastor nuestro<br />
cuando iba allá, casi repetía <strong>el</strong> mensaje de su colega acá. Imagino a miles de venezolanos deseando<br />
viajar a Argentina <strong>para</strong> ver milagros, señales y maravillas.<br />
Palabras, sólo palabras. Además d<strong>el</strong> intercambio de altas ofrendas de amor en dólares que, en<br />
ambos casos, salían de los bolsillos de venezolanos y argentinos crédulos. No dije creyentes, que eso<br />
es bueno; dije crédulos, que es muy triste y p<strong>el</strong>igroso.<br />
Por eso Pablo les dice que él no va a tragarse ningún sapo discursivo, ninguna alharaca<br />
milagrera ni política de promoción de grandes y afamados siervos. Él simplemente les dice que va<br />
dispuesto a ver <strong>el</strong> poder de Dios manifestado. Si lo hay, amén. Si no lo hay, falsos todos. ¿El motivo?<br />
Nos sirve a todos por igual hoy y ahora, mira: