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Aristóteles - Física (pdf) - La Caverna

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que 244b esté en contacto con ella; así pues, es evidente que en el movimiento<br />

local no hay nada intermedio entre lo que mueve y lo que es movido.<br />

Pero tampoco hay nada intermedio entre lo alterante y lo alterado. Esto es<br />

claro por inducción, pues en todos los casos encontramos que la última parte<br />

de lo alterante y la pri-5 mera de lo alterado están juntas. (Porque 616 nuestro<br />

supuesto es que las cosas que experimentan una alteración se alteran según<br />

las llamadas cualidades efectivas 617, pues la cualidad es alterada en tanto que<br />

es sensible, y los cuerpos se diferencian entre sí por las cualidades sensibles;<br />

en efecto, todo cuerpo se diferencia de otro por tener más o menos cualida- 5<br />

bis des sensibles, o por tener las mismas cualidades en un grado mayor o<br />

menor; pero, en cualquier caso, lo que es alterado en cualidad es alterado por<br />

la acción de otro cuerpo que tiene las mismas características); pues éstas son<br />

afecciones de alguna cualidad subyacente. Así, decimos de algo que se altera<br />

cuando se calienta o endulza o se condensa o se deseca o se vuelve blanco,<br />

refiriéndose tanto a las cosas inanimadas como a las animadas y, en el caso de<br />

las animadas, tanto a sus partes no sensibles como a las sensibles. Porque 10<br />

también las sensaciones experimentan alteración de alguna manera, ya que<br />

una sensación en acto es un movimiento a través de un cuerpo, en el curso<br />

del cual la capacidad de sentir es afectada de alguna manera. Y en todas las<br />

cualidades en que puede alterarse lo inanimado puede también alterarse lo<br />

animado, pero no a la inversa, ya que lo inanimado no puede alterarse según<br />

las sensaciones; además, el uno se 15 da cuenta de lo que le afecta, el otro no.<br />

Aunque nada impi- 245a de que tampoco lo animado se de cuenta de lo que le<br />

afecta cuando la alteración no se produce según la sensación. Así pues, si lo<br />

que se altera es alterado por las cosas sensibles, en todos los casos en que hay<br />

alteración es evidente que el extremo de lo alterante está junto con lo primero<br />

de lo alte- 5 rado. El aire es continuo con lo que se altera, y un cuerpo lo es<br />

con el aire; un color es continuo con la luz, y la luz lo es con la vista. Y del<br />

mismo modo el oído y el olfato, pues el moviente más inmediato respecto de<br />

lo movido es en este caso el aire. Lo mismo sucede también con el gusto, pues<br />

el sabor está en contacto con el órgano del gusto. Y lo mismo con las cosas<br />

inanimadas y carentes de sensación. Así pues, 10 no puede haber nada<br />

intermedio entre lo alterado y lo alterante.<br />

616 13 En el texto de Bekker hay una laguna, como ya observó Spengel. Aquí nos apartamos de Ross<br />

y seguimos el texto restaurado de Prantl.<br />

617 14 Como se dice en Cat. 8, «cualidades afectivas» (pathêtikaì poió-têtes) son las cualidades<br />

objeto de los cinco sentidos; son «afectivas» porque producen «afecciones» (páthê) en nuestros<br />

sentidos y porque pueden alterar las cualidades contrarias en las otras cosas.

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