Aristóteles - Física (pdf) - La Caverna
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similares a cuando se habla de «nariz chata», pero no de «lo curvo». Esto es<br />
también claro en las partes de las matemáticas más próximas a la física, como<br />
la óptica, la armónica y la astronomía, ya que se encuentran en relación<br />
inversa con la geometría, pues mientras la geometría estudia la línea física, 10<br />
pero en tanto que no es física, la óptica estudia la línea matemática, no en<br />
tanto que matemática, sino en tanto que física.<br />
Puesto que la naturaleza se entiende en dos sentidos, como forma y como<br />
materia, tenemos que estudiarla de la misma manera que si investigásemos<br />
qué es lo chato 125 en una nariz; porque el objeto de nuestro estudio no son<br />
cosas carentes de materia ni tampoco cosas exclusivamente materiales.<br />
Pero, con respecto a este doble sentido, pueden 15 plantearse otra dificultad:<br />
ya que hay dos naturalezas, ¿cuál ha de ser estudiada por el físico? ¿O tendrá<br />
que estudiar más bien lo que resulta de ambas? Pero, si tiene que estudiar lo<br />
que resulta de ambas, entonces también cada una de ellas. En tal caso, ¿habrá<br />
una misma ciencia para ambas naturalezas, o bien una ciencia para la una y<br />
otra para la otra?<br />
Si atendemos a los antiguos, podría parecer que el 20 objeto de la física es la<br />
materia (pues Empédocles y Demócrito 126 se han ocupado muy escasamente<br />
de la forma y de la esencia). Pero si el arte imita a la naturaleza y es propio de<br />
una misma ciencia el conocer la forma y la materia (por ejemplo, es propio<br />
del médico conocer la salud, pero también la bilis y la flema en las que reside<br />
la salud; y asimismo es propio del constructor conocer la forma de la casa 25<br />
pero también la materia, a saber, los ladrillos y la madera; y lo mismo hay<br />
que decir de cada una de las otras artes), será entonces tarea propia de la<br />
filosofía conocer ambas naturalezas.<br />
125 22 Simós, de nariz chata o roma, ejemplo frecuente en <strong>Aristóteles</strong> (está ya en Platón, Teét. 209c, y<br />
quizás fuera usual en la Academia). En Met. 1025b30-35 se dice: «de las cosas que se definen y de<br />
las quididades, unas son como la nariz chata (tó simón) y otras como lo cóncavo (to koilón),<br />
diferenciándose en que lo chato se toma junto con la materia (pues lo chato es una nariz cóncava),<br />
mientras que la concavidad se toma sin la materia sensible. Y si todas las cosas naturales se<br />
enuncian como lo chato...» (cf. Met. 1030bl8, 1036b23, 1037b3; Acerca del alma 429bl4, etc.;<br />
véase también BONITZ, índex 680a40). En griego, simós sólo se aplica a la nariz que es cóncava, es<br />
decir, designa un ser físico real e inseparable, mientras que «cóncavo» se aplica a toda cosa que<br />
tenga una concavidad cualquiera, es decir, es una determinación geométrica separable conceptualmente.<br />
126 23 Sobre Empédocles véase Met. 983b6-984al8, 993al5-24, 1014b35 5a3 (también Sobre las<br />
parles de los animales 642al7; Acerca del alma. 410al); sobre Demócrito véase Met. 1078b 19-21,<br />
Sobre las partes de luán. 642a26.