Aristóteles - Física (pdf) - La Caverna
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Se producen también errores en las cosas hechas artificialmente (por ejemplo,<br />
el gramático comete una incorrección al escribir y el médico se equivoca en la<br />
dosis del fár-35 maco). Por lo tanto, es evidente que estos errores también se<br />
199b pueden producir en las cosas naturales. Pues si hay cosas artificiales en<br />
las que lo producido se ha hecho correctamente con vistas a un fin, y también<br />
otras hechas erróneamente cuando el fin que se pretendía no se ha alcanzado,<br />
lo mismo puede suceder en las cosas naturales, y los monstruos 185 serían<br />
errores de las cosas que son para un fin. Esto 5 tiene que haber ocurrido en la<br />
constitución inicial de los terneros de rostro humano, ya que si fueron<br />
incapaces de llegar a su término o fin fue por defecto de algún principio,<br />
como ocurre todavía hoy en ciertos casos por defecto del semen.<br />
Además, es necesario que el semen fuera antes, no directamente los animales;<br />
y el «todo indiferenciado primigenio» 186 fue el semen.<br />
10 Además, también en las plantas hay finalidad, aunque menos articulada.<br />
¿Tendremos que suponer entonces que, como los «terneros de rostro<br />
humano», hubo también retoños de vid con aspecto de olivo en los vegetales<br />
o no? Parece absurdo; pero tendría que haberlos habido, si es que lo hubo<br />
entre los animales.<br />
Además, de una semilla podría haberse generado fortuitamente cualquier<br />
cosa. Pero quien habla así suprime enteramente la naturaleza y lo que es por<br />
naturaleza; pues las 15 cosas por naturaleza son aquellas que, movidas<br />
continuamente por un principio interno, llegan a un fin; el fin no es el mismo<br />
para cada principio, ni tampoco se llega fortuitamente a cualquier fin desde<br />
un determinado principio, sino que desde un mismo principio se llega a un<br />
mismo fin, si nada se lo impide.<br />
185 82 Para la teoría aristotélica de los monstruos véase Repr. de los an. IV 3-4: «la causa de lo<br />
monstruoso está en la materia y en los componentes del embrión», se dice en 770a6; y en la página<br />
siguiente se indica que lo monstruoso se debe al hecho de que la «naturaleza formal» (hê kata\ to\<br />
eîdos physis) no ha prevalecido (kratésêi): «Lo monstruoso es propio de lo que es contrario a la<br />
naturaleza (para physin), aunque no contra la naturaleza tomada en su integridad, sino como lo que<br />
sucede en las generalidad de los casos. Porque, con respecto a lo que es siempre y por necesidad,<br />
nada sucede para physin, sino sólo en lo que sucede en la generalidad de los casos, pero podría<br />
hacerlo de otra manera. Y aunque lo monstruoso sucede ciertamente contra este orden (taxis)<br />
particular, nunca lo hace de cualquier manera al azar, por lo que lo monstruoso parece menor, ya<br />
que lo que es para phýsin es en cierto modo katà phýsin, es decir, cuando la «naturaleza formal» no<br />
ha dominado a la «naturaleza material» (770b9-18). [Véase también Sobre las partes de los<br />
animales 663b23, donde se dice que he kata ton lógon phýsis (la «naturaleza racional») hace uso de<br />
los productos de he anankaía phýsis con vistas a algo].<br />
186 83 Cf. DK.31 Β 62.4.