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las grandes heridas de mortal hacha, sino se acude á tiem­
po y pronto, se carian ó gangrenan, y si esta caries no
se contiene, la sigue y se jenera el cáncer, que esten­
diéndose en lo interior del tronco, y á veces en todo el
tronco hasta lo interior de sus raices, y se pudre: esta en­
fermedad se orijina por no haberla prevenido en los prin­
cipios de la gangrena, para que estas se cicatrizasen por
medio de la regeneración de la corteza con el ungüento
de injeridores : muchos achacan estos males á las lluvias, á
las heladas, alas ventiscas, etc.; contribuyen á ello, es
verdad, pero todo depende de la mano del podador. Si és­
te, luego'que pei'cibe una caries, la cortase hasta lo vivo,
separando la madera cariada , la enfermedad se cortaría
de raiz.
El olivo se conserva mas ó menos, según el trato que
1c dan y los padres que tenga. Que tenga enfermedades
como todo viviente, una común á todos, y otras mas fre­
cuentes en unos que en otros, no hay que dudarlo. Tiene
poco mérito á mi ver lo que dice Herrera y otros sobre
el particular: menos costoso que sus remedios seria plan­
tar una estaca nueva al pie de les enfermos, y en estan­
do presa arrancarlos de patilla.
La esperiencia nos está enseñando de continuo, que
el mejor medio de curar algunas enfermedades es bene­
ficiar bien la tierra; y asi tengo por un preservativo uni­
versal para muchas de ellas, el acostumbrarles desde sus
primeros años á que de tres en tres, ó á lo roas de cua­
tro en cuatro años se les haga alrededor del pie una zan-
jita de una tercia de hondo y una vara de ancho, con su
desaguadero, por si el invierno fuese de muchas aguas;