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Contacto - Carl Sagan

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idea del átomo, la idea de un núcleo de electrones, protones y neutrones. Repasan

algo de la mecánica cuántica sólo para cerciorarse de que les estamos prestando

atención. Luego se concentran específicamente en los materiales necesarios para

la construcción. Por ejemplo, como van a hacer falta dos toneladas de erbio,

describen una estupenda técnica para extraerlo de rocas comunes. —Levantó

una mano, adelantándose a una probable interrupción—. No me pregunte por qué

precisamos dos toneladas de erbio, porque nadie tiene ni la más remota idea.

—No iba a preguntar eso, sino cómo hicieron para especificar cuánto es una

tonelada.

—La contaron en masas planckianas. La masa planckiana es…

—No me explique. Se trata de algo que conocen todos los físicos del planeta,

¿verdad? Y que y o, por supuesto, desconozco. Vamos a lo fundamental.

¿Entendemos las instrucciones lo suficiente como para comenzar a descifrar el

Mensaje? ¿Seremos capaces de construir esa Máquina o no?

—Todo indicaría que sí. Hace apenas una semana que tenemos la cartilla, y

ya hemos comprendido capítulos enteros del Mensaje, con sus esmerados

diseños y su sobreabundancia de explicaciones. Seguramente podremos

entregarle una maqueta tridimensional de la Máquina antes de la reunión del

jueves, para la elección de los tripulantes. Hasta ahora no sabemos cómo

funciona la Máquina ni para qué sirve. Se mencionan algunos compuestos

químicos orgánicos que parecerían no tener sentido en una máquina. No obstante,

casi todos opinan que será posible fabricarla.

—¿Quién piensa que no?

—Bueno, Lunacharsky y los rusos. Y Billy Jo Rankin, desde luego. Todavía

hay gente para quien la Máquina hará estallar el mundo o inclinar el eje de la

Tierra… Pero lo que impresiona a la mayoría de los científicos es lo precisas que

son las instrucciones, y cuántos enfoques distintos sugieren la misma cosa.

—¿Y qué opina Eleanor Arroway?

—Ella piensa que, si quisieran liquidarnos, se presentarían aquí dentro de unos

veinticinco años, y nada podríamos hacer para protegernos porque son

demasiado superiores a nosotros. Por eso dice que hay que construir la Máquina,

pero si nos preocupa algún posible daño al medio ambiente, habría que fabricarla

en un sitio apartado. El profesor Drumlin sostiene que puede construírsela en el

centro mismo de California, por lo que a él respecta. Más aún, promete estar

presente todo el tiempo que demande la fabricación, de modo que sería el

primero en morir si llegara a estallar.

—Drumlin es el hombre que dedujo que se trataba del diseño de una

Máquina, ¿no?

—No exactamente…

—Ya, voy a leer todos los antecedentes antes de la reunión del jueves. ¿Tiene

algo más que comentarme?

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