You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
computadora. Mediante la conducción ósea, Ellie podía sentir, además de oír, un
rugido cada vez que el dodecaedro rozaba contra la pared. Levantó la voz para
hacerse oír.
—¿Tienes idea de lo que sucede?
—Ni la más mínima —respondió él, a gritos—. Casi podría demostrar que no
está ocurriendo nada. ¿Conoces las coordenadas de Boyer-Lindquist?
—No; lo siento.
—Después te las explico.
Se alegró de que, para él, fuese a haber un « después» .
Ellie percibió la desaceleración antes de verla, como si acabaran de bajar
una pendiente en una montaña rusa y hubieran iniciado el lento ascenso de otra
loma. En el momento previo a la desaceleración, el túnel había realizado una
serie de zigzagueos. No se percibía cambio alguno en la tonalidad ni el brillo de la
luz que los rodeaba. Ellie tomó la cámara, acomodó la lente para una distancia
focal larga, lo más lejos que pudo, pese a lo cual sólo divisó la curva siguiente del
sinuoso camino. Ampliada, la textura de la pared le pareció compleja, irregular
y, por un momento, vagamente fluorescente.
El dodecaedro redujo considerablemente la velocidad, y no se vislumbraba
aún el final del túnel. Ellie puso en duda que pudiesen llegar a destino. ¿No habría
habido un error de cálculo en el diseño? Tal vez se hubiese construido la Máquina
con una minúscula imperfección, y aquello que en Hokkaido pareciera un
defecto tecnológico aceptable, podría condenar la misión al fracaso allí en…
dondequiera que estuviesen. Al contemplar la nube de finas partículas que los
seguía —y en ocasiones se les adelantaba—, pensó si no habrían chocado contra
las paredes más veces de lo permitido, perdiendo así el impulso que requería el
diseño. El espacio entre el dodecaedro y las paredes era ya muy estrecho. A lo
mejor permanecerían atascados en esa tierra de nunca jamás, y languidecerían
hasta que se les acabara el oxígeno. ¿Era posible que los veganos se hubiesen
tomado semejantes molestias para después olvidarse de que necesitamos
respirar? ¿Acaso no habían reparado en la multitud de enfervorizados nazis?
Vay gay y Eda estaban dedicados por completo a los misterios de la física
gravitacional: los tuistores, la propagación de espectros, los vectores de Killing, el
reenfoque geodésico y, por supuesto, la propia y diferente teoría de Eda sobre la
superunificación. Bastaba verlos para darse cuenta de que no habían sacado en
limpio ninguna explicación, aunque quizás al cabo de unas horas lograran avanzar
en la resolución del problema. La superunificación abarcaba prácticamente todos
los aspectos de la física que se conocían en la Tierra; por eso costaba creer que
ese… túnel no fuese una solución, hasta ese entonces no descubierta, de las
ecuaciones de campo de Eda.
—¿Alguien vio una singularidad desnuda? —preguntó Vaygay.
—No sé qué aspecto tienen —respondió Devi.