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daban a entender que el hombre jamás dormía de tanto que se preocupaba por la
humanidad.
—¿Qué ha hecho la ciencia por nosotros? —preguntó—. ¿Realmente somos
más felices? Y no me refiero a los rayos láser o a las uvas sin semilla. ¿Somos en
esencia más felices? ¿O acaso los científicos nos sobornan con juguetes, con
baratijas tecnológicas, y al mismo tiempo van minando nuestra fe?
He aquí un hombre, pensó Ellie, que anhela una existencia más sencilla, un
hombre que se ha pasado la vida tratando de reconciliar lo irreconciliable. Un
hombre que ha criticado las más flagrantes desviaciones de la religión, y por eso
se cree con derecho a atacar la teoría de la evolución y de la relatividad. ¿Por
qué no atacar la existencia del electrón? Palmer Joss jamás vio uno, y la Biblia
no habla de electromagnetismo. ¿Por qué, entonces, creer en los electrones? Si
bien nunca lo había oído hablar, sabía que, tarde o temprano, iba a tocar el tema
del Mensaje. Y así fue.
—Los científicos ocultan sus descubrimientos; a nosotros sólo nos dan
fragmentos para tenernos callados. Nos consideran demasiado estúpidos como
para entender lo que ellos hacen. Nos presentan conclusiones sin pruebas,
hallazgos como si fueran palabra santa y no teorías, especulaciones, hipótesis, lo
que la gente suele denominar suposiciones. Nunca preguntan si una nueva teoría
es tan buena para la gente como la creencia a la que intenta reemplazar.
Sobreestiman sus conocimientos y subestiman los nuestros. Cuando se les piden
explicaciones nos responden que harían falta muchos años para comprender. Yo
de eso sé bastante porque en la religión también hay cosas que sólo se
comprenden con el correr de los años.
» Podemos dedicar toda una vida y jamás llegar a desentrañar la naturaleza
del Todopoderoso. Sin embargo, nadie ve que los científicos acudan a sus líderes
religiosos y les pregunten sobre los años que han dedicado ellos al estudio y la
oración.
» Ahora dicen tener un mensaje de la estrella Vega. Sin embargo, las estrellas
no mandan mensajes. Hay alguien que lo envía. ¿Quién? ¿El propósito del
Mensaje es divino o satánico? Cuando los científicos nos cuenten el contenido,
¿nos dirán toda la verdad? ¿O guardarán algo porque suponen que no podemos
entenderlo, o porque no se ajusta a lo que ellos creen? ¿No son éstas las personas
que nos enseñaron cómo aniquilarnos?
» Yo les digo, mis amigos, que la ciencia es demasiado importante como para
dejarla en manos de los científicos. Debería haber representantes de los
principales grupos religiosos en el proceso de decodificación. Deberíamos tener
la posibilidad de examinar toda esa nueva información. De lo contrario, nos
contarán apenas un poco acerca del Mensaje. Quizá sea lo que realmente creen,
o no. Y no tendremos más remedio que aceptar lo que nos digan. Hay ciertos
temas que los científicos dominan, pero también hay otros —les doy mi palabra