03.01.2021 Views

Contacto - Carl Sagan

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

predicciones de hechos sorprendentes siempre son más exactas si no se las

escribe de antemano: se trata de uno de esos extraños casos habituales de la vida

cotidiana. Algunas religiones correspondían a una categoría levemente distinta

pues —se argumentaba—, mediante una lectura atenta de sus sagradas escrituras

podía anticiparse claramente que habrían de suceder tales prodigios.

Para otros, la Máquina traería aparejada un período de bonanza en la

industria aeroespacial, que atravesaba una etapa de declinación desde que se

implantaron los Acuerdos de Hiroshima. Se estaban desarrollando muy pocos

sistemas nuevos de armamento estratégico. Si bien se notaba un incremento en el

negocio de los hábitat en el espacio, eso de ninguna manera compensaba por la

pérdida de estaciones orbitales de láser y otros inventos del sistema estratégico de

defensa con que soñara un gobierno anterior. Así, los que se preocupaban por la

seguridad del planeta si alguna vez llegaba a fabricarse la Máquina, se tragaron

sus escrúpulos al tomar en cuenta los beneficios, que se traducirían en un may or

número de empleos, más ganancias y un gran adelanto profesional.

Unos pocos personajes influy entes sostenían que no había panorama más

alentador para las industrias de alta tecnología que una amenaza proveniente del

espacio. Sería preciso contar con sistemas de defensa, poderosísimos radares de

exploración y eventuales puestos de avanzada en Plutón. Esos visionarios no se

acobardaban ni siquiera frente a las objeciones respecto de la disparidad militar

entre terrestres y extraterrestres. « Aun si no pudiéramos defendernos de ellos,

¿por qué no quieren que los veamos venir?» , preguntaban. Se habían invertido

billones de dólares en la construcción de la Máquina, pero eso sería sólo el

comienzo, si sabían jugar sus cartas.

Se formó una insólita alianza política para propiciar la reelección de la

presidenta Lasker, lo que en efecto se transformó en un referéndum sobre si

debía, o no, fabricarse la Máquina. Su adversario hablaba de Caballos de Troy a y

del fin del mundo, y del seguro desaliento de los norteamericanos al tener que

vérselas con seres que y a habían « inventado todo» . La Presidenta expresó su

confianza en que la tecnología nacional sabría enfrentar el desafío, y dejó

implícito —aunque no lo dijo con palabras— que el ingenio norteamericano

alcanzaría el mismo nivel que el que existía en Vega. Resultó reelecta por un

respetable, aunque no abrumador, margen de sufragios.

Un factor decisivo fueron las instrucciones mismas. Tanto en la cartilla

vinculada con el lenguaje y la tecnología básica, como en el Mensaje específico

sobre la fabricación de la Máquina, no quedó ningún punto sin esclarecer. En

ocasiones, se explicitaban tediosos detalles de pasos intermedios que parecían

obvios, como por ejemplo cuando, en los fundamentos de la aritmética, se

demuestra que si dos por tres es igual a seis, luego tres por dos también da el

mismo resultado. Se estipulaba la verificación de cada etapa de la fabricación: el

erbio producido por ese proceso debía poseer un noventa y seis por ciento de

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!