You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Kitz dijo que tomaba su relato con una actitud escéptica pero constructiva,
según la más acendrada tradición científica. Confiaba en que ella no confundiría
la franqueza de sus preguntas con ninguna animadversión personal puesto que
sólo sentía por ella el mayor de los respetos. Por su parte, prometía no dejarse
influir por el hecho de haberse opuesto al Proyecto de la Máquina desde el
primer momento. Ellie decidió no hacer comentario alguno sobre tan patético
engaño, y pasó a narrar su historia.
Al principio la escuchó con atención, le pidió que aclarara ciertos detalles y
se disculpó cada vez que la interrumpía. Al segundo día, sin embargo, y a no hubo
tales cortesías.
—De modo que el nigeriano recibe la visita de su esposa, la india de su
marido muerto, el ruso de su simpática nietecita, el chino de un tirano mongol…
—Tsin no fue un tirano mongol…
—… y usted, por Dios, se reencuentra con su querido padre muerto, quien le
comunica que él y sus amigos han estado trabajando en la reconstrucción del
universo. Pero por favor… « Padre nuestro que estás en los cielos…» . Eso es
religión pura, antropología pura. Sigmund Freud puro. ¿Acaso no lo ve? No sólo
afirma que su padre resucitó de entre los muertos, sino que pretende hacernos
creer que también creó el universo…
—Usted distorsiona lo que…
—Vamos, Arroway. No nos tome por ignorantes. ¿No nos presenta la más
mínima prueba y nos quiere convencer de la may or farsa de la historia? Siendo
tan inteligente, ¿cómo pudo pensar que íbamos a tragarnos este cuento?
Ellie protestó, Valerian también lo hizo, aduciendo que con esa clase de
preguntas sólo se lograría perder el tiempo. En esos momentos se estaba
examinando la Máquina, y por los resultados del examen se podría comprobar la
veracidad del relato. Kitz convino en que sería importante contar con la prueba
pericial. Sin embargo, la versión que planteaba Arroway contenía ciertas pautas
para comprender lo que había ocurrido.
—El hecho de reunirse con su padre es, de por sí, muy sugestivo, doctora,
porque usted se crio en la tradición judeocristiana. De los Cinco, es la única
perteneciente a esa cultura, y la única que se encuentra con el padre. Su historia
es demasiado inaudita y carente de imaginación.
El clima era peor de lo que supuso, y le provocó un instante de pánico
epistemológico, como cuando no encontramos el auto en el sitio donde lo
dejamos estacionado, o la puerta que cerramos con llave la noche anterior se
halla entornada a la mañana siguiente.
—¿Supone que todo esto lo inventamos?
—Mire, doctora. De joven, yo trabajaba en la Fiscalía del condado de Cook,
y cuando había que procesar a algún sospechoso, nos formulábamos tres
preguntas: —Fue marcándolas con los dedos—. Esa persona, ¿tuvo la