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Retablo del Alto Aragón - Instituto de Estudios Altoaragoneses

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RETABLO DEL ALTO ARAGÓN<br />

208<br />

oficios antiguos <strong>de</strong> <strong>Aragón</strong>, como arnaleros o mieleros, pelaires o colchoneros,<br />

mondongueros, zucreros o pasteleros, caberos, que hacían<br />

caberas para sacar carbón, esparteñeros o teleros e incluso algo parecido<br />

a los banqueros, como los cabaleros o caudaleros.<br />

Quedarán pocos labradores en Siétamo, pero sus habitantes<br />

podrán ganarse la vida con dignidad y vivir a gusto y en armonía.<br />

Los hortelanos <strong>de</strong> Huesca<br />

Los hortelanos <strong>de</strong> Huesca no necesitan maestros para cultivar<br />

sus huertas. Casi todos ellos están concentrados en la zona <strong>de</strong> San<br />

Martín, antiguo barrio extramuros habitado por los moriscos, que<br />

fueron tan hábiles para crear huertas y cultivarlas. Las palabras<br />

árabes han pasado a nuestra lengua y las referentes al riego las usamos<br />

con profusión: «Entre las flores el agua oculta corre, pasa y<br />

suena por acequias, regatas y atanores» (A. Machado). La palabra<br />

atanor que utiliza el poeta no nos resulta muy conocida, pero acequias,<br />

azud, alberca y azarbe nos son familiares.<br />

Nuestros términos se llaman La Almunia, El Almériz, Algascar,<br />

y tenemos las albercas <strong>de</strong> Cortés y <strong>de</strong> Loreto, el azud <strong><strong>de</strong>l</strong> puente<br />

<strong>de</strong> San Miguel y el aljibe <strong>de</strong> Loreto. De aquellos moriscos han<br />

heredado su oficio nuestros hortelanos: Calasanz, Lairla, Garcés,<br />

Oliván, Andacá, Pisón, Venturis, Barbereta, Lacoma, Ezequiel<br />

«El Ruso» y otros. A sus conocimientos se fueron añadiendo los<br />

<strong>de</strong> Ferrando, que vino <strong>de</strong> Barbastro, don<strong>de</strong> tan pulcramente<br />

exponen los hortelanos sus verduras en los porches <strong>de</strong> la plaza,<br />

los <strong>de</strong> Tarra<strong><strong>de</strong>l</strong>las, que vino <strong>de</strong> Lérida, y los <strong>de</strong> Solanes, que vino<br />

<strong>de</strong> Fraga y emparentó con los hortelanos oscenses, <strong>de</strong> cuya rama<br />

proce<strong>de</strong> Victorino el <strong>de</strong> la Torre <strong><strong>de</strong>l</strong> Gallo y mayoral <strong>de</strong> los danzantes.<br />

Tenía su casa Solanes, y todavía vive en ella, en la calle <strong>de</strong> la<br />

Campana y todos la llamaban la casa <strong><strong>de</strong>l</strong> Fragatino. Allí preparaban<br />

las cabezas, que recordaban a las que cortara Ramiro el Monje,<br />

en las fiestas <strong><strong>de</strong>l</strong> barrio y contrastaban con las fragantes flores <strong>de</strong> la<br />

huerta que llevaban las mozas. ¡Qué bien fragaban las fragantes flores<br />

<strong>de</strong> casa <strong><strong>de</strong>l</strong> fragatino! Y <strong>de</strong>jo a Teresa Ramón, vecina en su<br />

infancia <strong>de</strong> la calle <strong>de</strong> la Campaña, <strong>de</strong>scribir el lugar preferido <strong>de</strong><br />

toda la chiquillería <strong>de</strong> mi calle para jugar:

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