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Retablo del Alto Aragón - Instituto de Estudios Altoaragoneses

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TEMAS VARIADOS<br />

oscuros y <strong>de</strong>scoloridos. Hoy colorean los relojes con barnices para<br />

dar la sensación <strong>de</strong> que el tiempo no corre y, sin embargo, nuestros<br />

nietos los verán viejos y sin alegría.<br />

Esa huida <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo <strong>de</strong> los viejos casi ha <strong>de</strong>saparecido porque<br />

están en el camposanto y ya casi nadie se acuerda <strong>de</strong> ellos, pero tal<br />

huída es más notoria para el hombre y la mujer actuales, que el<br />

reloj tiraniza y ni siquiera les permite dar una pausa a su correr;<br />

no damos tiempo al tiempo, no le dan tiempo al hombre, aunque<br />

a la gente joven se le da todo un tiempo, que no es acompañado<br />

por sones <strong>de</strong> relojes, sino por ruidos engañosos <strong>de</strong> máquinas <strong>de</strong><br />

juego y <strong><strong>de</strong>l</strong> tin-tin nefasto resultante <strong><strong>de</strong>l</strong> choque <strong><strong>de</strong>l</strong> dinero. Todo<br />

lo traducimos a dinero por aquello <strong>de</strong> que el tiempo es oro.<br />

Aquellos relojes <strong>de</strong> pared para encerrar el reloj <strong>de</strong> péndulo, se<br />

visten <strong>de</strong> muchas formas y son partidarios <strong><strong>de</strong>l</strong> amor. Tal vez, por eso,<br />

discutían sobre ellos los dos enamorados y es que, fijándose en sus<br />

cajas, se da uno cuenta que las hay con unas curvas, que son iguales<br />

que las ca<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> mujer, en cambio hay otras que poseen una forma<br />

rectilínea, como si <strong>de</strong> hombres se tratara y el ritmo que marcan con<br />

su péndulo, acompañado por ese ir y venir, se acompasa al ritmo <strong>de</strong><br />

los corazones <strong>de</strong> los hombres y mujeres. «¡O tempora, o mores!», ¡oh,<br />

tiempos, oh, costumbres!, porque en aquellos antiguos tiempos, las<br />

costumbres cultivaban el amor y hoy, en estos tiempos, en las calles<br />

<strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s gran<strong>de</strong>s, los corazones van <strong>de</strong>spendolados.<br />

Acompasemos nuestras vidas al ritmo que nos marca el tiempo<br />

y no pensemos que a la muerte nos conduce, porque no existiendo<br />

para Dios ni pasado ni futuro porque para Él todo está presente,<br />

nos haremos presentes eternamente.<br />

Leyendo, conversando y meditando al compás <strong>de</strong> nuestros viejos<br />

relojes <strong>de</strong> pared, nos sentiremos acompañados en el camino<br />

que nos conduce a un presente inacabable.<br />

Los roedores y los órganos<br />

Este es un país <strong>de</strong> ratas, unas en el sentido estrictamente zoológico<br />

y otras en el sentido figurado <strong>de</strong> <strong>de</strong>predadoras <strong>de</strong> bienes<br />

materiales, culturales e, incluso, espirituales. Los ratones son más<br />

bien traviesos, hacen males pero menores, y son más simpáticos,<br />

encargándose los gatos <strong>de</strong> tenerlos a raya.<br />

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