10.05.2013 Views

Retablo del Alto Aragón - Instituto de Estudios Altoaragoneses

Retablo del Alto Aragón - Instituto de Estudios Altoaragoneses

Retablo del Alto Aragón - Instituto de Estudios Altoaragoneses

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

RETABLO DEL ALTO ARAGÓN<br />

310<br />

<strong>de</strong> caminos y cuatrones brincaba algún litonero y en peñas y viñas,<br />

higueras <strong>de</strong> figos lamineros. Y, como canta Labor<strong>de</strong>ta en su canción:<br />

«Don<strong>de</strong> hay agua una huerta». Pero una huerta en muchos pueblos<br />

<strong><strong>de</strong>l</strong> Somontano era un lujo; eran más frecuentes los pequeños<br />

huertos en as fonduras d’os barrancos, que regaban cuando bajaba<br />

agua y los ortales <strong>de</strong> invierno. Por esa razón ¡con qué mimo y cariño<br />

recogían el agua! Hacían regatillos que conducían el agua llovediza<br />

a una olibera, a una pesquera o a una balsa, en alguna <strong>de</strong> las cuales<br />

aún pue<strong>de</strong> verse o zeprén para regar los ortales a pozal. ¡Bien se<br />

valía <strong>de</strong> las múltiples y bien cuidadas viñas que criaban vino para<br />

po<strong>de</strong>r apagar la sed con más garantías <strong>de</strong> higiene que las aguas,<br />

que criaban ranas, que cantaban con los ronuecos y as cholibas a la<br />

noche!<br />

¡Oh, las viñas, qué conciertos les daban los carromateros que carromatiaban<br />

por a carretera y más tar<strong>de</strong> a los conductores <strong>de</strong> los<br />

automóviles! Una vez siño Francisco Bailo, que había nacido en<br />

Torres <strong>de</strong> Montes, se encontró la viña invadida por una pallada <strong>de</strong><br />

chen que se habían bajado d’o coche <strong>de</strong> linia que se les había estorbau. Y<br />

aquí quiero hacer mi homenaje personal a siño Francisco como<br />

representante <strong>de</strong> la sabiduría <strong>de</strong> nuestros campesinos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />

Somontano. Y algunos <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s se preguntarán: «¿Qué sabiduría<br />

tienen aquellos a quienes llaman señores y sabiendo mucho<br />

<strong>de</strong> matemáticas solo les salen bien las cuentas cuando van a su<br />

favor?». Y qué sabiduría tienen aquellos hombres que, poseyendo<br />

gran<strong>de</strong>s conocimientos especializados, no respon<strong>de</strong>n cuando se les<br />

dice «¡Buenos días!» o «¡Buen provecho!».<br />

Nadal<br />

El año 1941 mi padre, Manuel Almudévar Casaus, a<strong><strong>de</strong>l</strong>antándose<br />

en el tiempo al Consello d’a Fabla Aragonesa, escribió lo siguiente:<br />

«Quiero esta noche, tratando el asunto con todo el respeto,<br />

cariño y veneración que merece, hacer mi cuento <strong>de</strong> Navidad<br />

valiéndome <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje vulgar que se hablaba y todavía se habla,<br />

cada vez con menos extensión, en los pueblos <strong>de</strong> este <strong>Alto</strong><br />

<strong>Aragón</strong>... introduciéndoos, <strong>de</strong> este modo, al conocimiento <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje<br />

y modo <strong>de</strong> ser <strong><strong>de</strong>l</strong> país que os vio nacer». A continuación<br />

escribió el siguiente cuento:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!