Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

Estudio de la dinámica postdepositacional… | Luciano Pafundi y Karen Borrazzo 135
rar que los artefactos manifiesten en su morfología la firma tafonómica del
agente presente en la mayor parte de su vida postdepositacional subaérea: el
viento.
Los resultados generales del estudio de García y coautores (1999) y el análisis
tafonómico llevado a cabo por Borrazzo (2006a) sobre artefactos líticos recuperados
en superficie pueden explicarse a la luz de esta propuesta. Sin embargo,
Borrazzo menciona la existencia de piezas líticas con un registro claro de la
acción acuática de alta energía. La presencia de estos elementos, aún siendo
escasos, estaría dando cuenta de la existencia de variabilidad en las condiciones
postdepositacionales del área. Como ha sido propuesto más arriba, existen en el
ciclo de endicamiento‐ruptura condiciones capaces de crear situaciones energéticas
análogas a las de un contexto fluvial. Por lo tanto, es necesario construir
herramientas predictivas que nos permitan localizar y acotar espacialmente los
microambientes que podrían generar esas situaciones.
Transporte de artefactos
No tenemos datos sobre la energía de las aguas al retirarse en diferentes sectores
de la cuenca. Por el momento, no podemos discutir el transporte de artefactos
ni el umbral de tamaño de partícula transportado. Aquí sólo sostenemos
que la energía involucrada es capaz de transportar partículas tamaño arena y
menores. Sin embargo, es necesaria información precisa para descartar o traer a
la discusión el transporte de artefactos líticos.
Materiales en estratigrafía
La posibilidad de que la dinámica de los endicamientos genere registro
arqueológico en estratigrafía ha sido señalada por García y colaboradores
(1999). Estas autoras sostienen que un ambiente lacustre de baja energía –como
el representado por la facies I o endicamiento de la segmentación teórica– posee
el potencial para la sedimentación de partículas de limos y arcillas sobre la
superficie sobre la que se encuentran depositados los artefactos. A esta situación
debemos agregar lo que hemos sostenido para la facies II o de ruptura, es
decir, el potencial de los flujos de agua de alta energía de transportar (erosionar)
y depositar (sedimentar) en distintos espacios de la cuenca. Por lo tanto,
cabe señalar que la dinámica de todo el ciclo de endicamiento‐ruptura tiene el
potencial para generar registro arqueológico subsuperficial. Es necesario investigar
si estos breves flujos de alta energía tienen el potencial para movilizar artefactos
y de qué tamaños. El estado actual de la investigación sugiere que de
existir sectores de la cuenca donde los artefactos en superficie sean escasos o
nulos, será necesario explorar a nivel subsuperficial para descartar que los mismos
estén enterrados.
Una pregunta que surge de esta tercera expectativa es ¿qué espacios de la
cuenca inundable presentarían las condiciones necesarias para la generación de
contextos estratigráficos Para responder esta pregunta, a continuación se pro‐