Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

616 Entre Pasados y Presentes II
A continuación, introduciré los aspectos principales del marco teórico‐metodológico
construido en la investigación para luego presentar algunos de los
puntos desarrollados en relación con el problema de investigación: la vinculación
entre las construcciones de los niños acerca de determinadas formas simbólicas
de la religión católica y las prácticas sociales que los involucran.
El marco teórico‐metodológico
Desde el inicio de la investigación, estimé que la complejidad del campo conceptual
que seleccionara estribaría en la necesidad de prestar atención no sólo a
teorías que se interesaran en la interpretación de los mitos, símbolos y rituales
sino también a aquellas que dieran cuenta de los fenómenos de adquisición/
aprendizaje del conocimiento en los niños. El problema de investigación construido
resultó lo suficientemente complejo como para ser abarcado por una única
teoría explicativa. Es por eso que, como marco teórico de este trabajo, intenté
articular aportes de distintas disciplinas.
Por un lado, retomé los aportes de los análisis semánticos de los sistemas
simbólicos. Para el estudio de los formas simbólicas de la religión, partí de la
idea de que puede considerarse todo orden del mundo como una colección
naturalizada de signos y símbolos materializados en prácticas, ideas, eventos u
objetos (Wright 2000). Sin embargo, estos símbolos, lejos de ser naturales, han
sido producidos a partir de largos procesos históricos, de la experiencia colectiva
de un grupo humano determinado. Por ello, para desentrañar sus significados,
retomé la perspectiva de análisis de Ricoeur (1988, 2003) y Turner (1979,
1980); de la cual mencionaré aquí sólo algunas de sus consideraciones principales.
Los símbolos, según Ricoeur (1988, 2003), a diferencia de los signos lingüísticos
y a diferencia de la palabra, son expresiones multívocas; es decir, conjuntos
vaciones en las clases, en las reuniones de catequistas, en los encuentros de padres. Participé de una convivencia
(encuentro de chicos y chicas de segundo año previo a la Primera Comunión). También concurrí
a una nueva ceremonia de Primera Comunión y a una peregrinación infantil, y realicé nuevas entrevistas.
Por último, llevé a cabo entrevistas con los niños y niñas de primer y segundo año de catequesis (la
mayoría en las casas de los chicos). También pude contar con otro tipo de materiales: el libro de catequesis
de primer y segundo año empleado por los niños y los empleados por las catequistas; producciones
escritas por los chicos en las clases; algunas publicaciones parroquiales mensuales; libros religiosos de
publicación reciente que se vendían en la librería de la parroquia y algunos documentos de la Iglesia.
Durante el primero, llevé a cabo observaciones en las clases de catequesis, concurrí a las reuniones de las
catequistas, a los encuentro de los padres, a una ceremonia de Primera Comunión y realicé entrevistas
informales y semi‐estructuradas con el cura y las catequistas. Durante el segundo, continué con las observaciones
en las clases, en las reuniones de catequistas, en los encuentros de padres. Participé de una convivencia
(encuentro de chicos y chicas de segundo año previo a la Primera Comunión). También concurrí
a una nueva ceremonia de Primera Comunión y a una peregrinación infantil, y realicé nuevas entrevistas.
Por último, llevé a cabo entrevistas con los niños y niñas de primer y segundo año de catequesis (la
mayoría en las casas de los chicos). También pude contar con otro tipo de materiales: el libro de catequesis
de primer y segundo año empleado por los niños y los empleados por las catequistas; producciones
escritas por los chicos en las clases; algunas publicaciones parroquiales mensuales; libros religiosos de
publicación reciente que se vendían en la librería de la parroquia y algunos documentos de la Iglesia.