Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

Antropología, organizaciones sociales… | Eliana Carapezza y Silvia N. Rodríguez 607
Esto nos ayuda a pensar en proyectos de trabajo en los que se tenga en
cuenta las particularidades de los estudiantes.
Por otra parte, entendemos las trayectorias escolares como un proceso de
construcción individual y grupal, en el que nosotros como investigadores y
educadores somos parte de ese proceso. Nuestra intervención modifica a los
sujetos y a la vez nos modifica a nosotros mismos en un juego dialéctico de
construcción cotidiana, de apropiación y resistencia a los saberes y de formación
de sujetos políticos y transformadores y transformados. Por lo tanto, no
entendemos la entrevista como un cúmulo de información a ser analizada
por los investigadores –al estilo positivista de construcción de conocimiento–
sino que a través de talleres de reflexión se construyen, analizan y socializan
esos datos que son aquellos que los sujetos proporcionan y de los que nosotros
fuimos parte de su construcción. Por ello entendemos a la investigación
como un proceso que se construye en conjunto y la concebimos en términos
de participación y acción. En este sentido, la construcción de conocimiento
va de la mano del trabajo conjunto con “el otro” y no “desde el otro”. Parte
de la socialización y reflexión de los datos extraídos de las entrevistas tiene
por objeto desmenuzarlos para encontrar la diversidad y heterogeneidad
que el mismo esconde, y no entendiéndolo como un número que supone la
misma respuesta a la misma pregunta, sino intentando ver la cara oculta,
aquello que hay por detrás del dato, la multiplicidad de respuestas dadas.
Esta etapa de socialización tiene por objetivo pensar los espacios –y como ya
lo expusimos– concebir una propuesta curricular que intente dar respuestas
a las problemáticas que surgen de dicha reflexión (circulación dentro del
espacio, ausentismo, cuestiones familiares, como enfermedad de hijos,
padres, etc. o cuestiones de vivienda como puede ser desalojos, mudanzas,
entre otros). Además permite observar cómo los estudiantes van conformando
las diferentes trayectorias educativas en los diferentes años que
pasan por estas escuelas. Esto nos posibilita trabajar diferentes temáticas:
desde motivación en primer año hasta formas de apropiación y de resignificación
del espacio.
Los talleres de reflexión consienten en tomar ciertas problemáticas que surjan
como relevantes y constantes –género, desocupación, violencia, etc.– y
trabajarlas en dichos talleres. Esto supone hacer un análisis de las entrevistas
y de la socialización y analizar cuáles son dichas problemáticas para
luego armar los talleres. Reflexionar entre estudiantes, entre los profesores
y en la relación profesores‐estudiantes, nos brinda un espacio para diseñar
estrategias pedagógicas mas allá del aula e identificar problemáticas para
intentar transformarlas. De esta manera, la investigación se torna una herramienta
política y de acción. Ajustar la metodología a las necesidades de los
espacios educativos y no a las necesidades individuales del investigador.
Por último la realización de etnografías escolares permite trabajar los rituales
escolares 3 de los estudiantes jóvenes y adultos en espacios de educación
3. Entendemos el término de “rituales escolares” en el sentido que Peter Mc Laren (1986) desarrolla en
“La escuela como un Performance Ritual. Hacia una economía política de los símbolos y gestos educativos”.