Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

622 Entre Pasados y Presentes II
iniciando que éste adquiere la capacidad de realizar las actividades propias de la nueva
posición que ha de asumir. No se trata de una simple reestructuración cognitiva ni de
una legitimación ritual de la nueva condición social del iniciando; a los ritos y símbolos
se les atribuye más bien una especie de poder salvador (...) Así, pues, el conocimiento,
incluso el impartido por el mito, ‘salva’” (1979:150)
Por lo tanto, para los creyentes, el poner en contacto a las personas desde
temprana edad con las formas simbólicas posee efectos concretos; es decir,
altera a quienes entran en contacto con él. Lo que se busca entonces no es una
reestructuración en el conocimiento –en la cabeza– de los niños sino su preparación
para recibir las modificaciones que se supone que los símbolos introducirán
en ellos. Esta división tajante observada entre “lo que se aprende con la
cabeza” y “lo que se aprende con el corazón” pareciera entrar en conflicto con el
modo en que los niños construyen sus interpretaciones 4 . Este conflicto puede
ser visto claramente en las explicaciones de los chicos para dar cuenta de dos de
los principales mitos de la religión: la Santísima Trinidad y la transformación
del pan en el cuerpo de Jesús. Aquí sólo desarrollaré sintéticamente el
segundo 5 .
En las entrevistas pueden encontrarse tres tipos de puntos de vista con respecto
a esta cuestión en casi idénticas proporciones. Por un lado, algunos chicos
y chicas manifiestan que no entienden por qué dirán que la hostia es el cuerpo
de Jesús:
“‐¿Y qué entendes vos cuando dicen que la hostia es el cuerpo de Jesús, ¿viste que
dicen eso
‐Sí
‐¿Vos qué entendes por eso
‐Mucho no entiendo porque no me puedo imaginar que ahí esté el cuerpo de Jesús,
digamos no me imagino como dicen “el cuerpo de Jesús está acá”, porque yo pienso
y digo ¿cómo puede ser que esté ahí O sea ¿de qué forma está representado, o sea
¿qué va” (Entrevista a: Mariela, 11 años, 1 er año)
“‐¿Y qué entendes vos cuando te dicen que la hostia es el cuerpo de Jesús
‐¿El cuerpo de Jesús Porque a él, ¿viste en la última cena, bueno, ahí se juntaban
hombres y él decía agarró viste la, la, no era el pan, bueno yo te cuento el pan. Y
4. En este punto, quisiera agradecer los comentarios del evaluador/a anónimo/a de este trabajo quien
señaló que la distinción corazón/cabeza (y su tributaria mytho/logos) remite a una particular concepción
de cuerpo y de persona. Si bien retomo más adelante la distinción en relación con la oposición construida
entre fe y conocimiento, no incorporo aquí los aportes de estos comentarios pues no han sido desarrollados
en la investigación de tesis y, por lo tanto, no se corresponderían con la presentación que aquí hago
de ella. Sin embargo, considero que enriquecerán mis indagaciones futuras.
5. Esta distinción entre “el corazón” y “la cabeza” fue registrada en diferentes instancias del trabajo de
campo. Para analizar esta distinción y su relación con las nociones de “fe” y “conocimiento” he retomado
los desarrollos de Heller (1976). Entre las construcciones de los niños y niñas analizadas en la investigación
y que han quedado fuera de esta presentación, se encuentran el origen de los hombres y la naturaleza
de Dios.