Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

214 Entre Pasados y Presentes II
Los fragmentos indeterminables anatómicamente (NISP=88) no fueron considerados
al momento de establecer los resultados. Todas las variables tomadas en este
análisis fueron observadas en la muestra humana completa y en aquellos fragmentos
faunísticos mayores a 3 cm asociados al GD –18 fragmentos óseos–. Esta
determinación metodológica se tomó debido a que en fragmentos más pequeños
fue difícil observar las categorías establecidas para cada variable, de modo que la
comparación con los humanos no sería posible. Como se mencionó anteriormente,
los pocos huesos de fauna que se hallaron asociados al GD se tomaron en
cuenta en esta investigación con el objetivo de comparar las modificaciones y
variaciones tafonómicas entre ambos conjuntos de restos óseos localizados en un
mismo depósito sedimentario y en una misma área de entierro. Para el caso de los
huesos humanos, la unidad de análisis de los efectos tafonómicos fue el elemento
óseo determinable, ya sea entero o fragmentado.
Actividad de Roedores
En este trabajo los criterios macroscópicos utilizados para identificar la
acción de roedores sobre los huesos son las marcas dejadas por sus incisivos.
Estas marcas son surcos cortos que se presentan de a pares en general, paralelos
o superpuestos y de fondo plano o redondeado sin estrías (Brain 1980; Shipman
1981). Conjuntamente se distingue su accionar mediante la evaluación de las
distribuciones de las unidades anatómicas en relación con los distintos sistemas
esqueletales representados, teniendo en cuenta que son entierros de carácter
primario. Las relaciones anatómicas de los huesos desplazados se determinan a
través de la confección de mapeos de dispersión de los distintos niveles de excavación
y con los datos de ubicación tridimensional tomados en el campo.
Análisis de Dispersión Espacial
El conjunto bioarqueológico de TR1 fue hallado en un sedimento intrusivo
que había atravesado las 3 unidades estratigráficas del depósito sedimentario
local (Madrid y Barrientos 2000). Si bien la mayor parte de los restos óseos
humanos fueron hallados agrupados en dimensión horizontal en un sector de la
cuadrícula y con distintos grados de articulación, una gran cantidad de piezas
óseas habían sufrido desplazamientos horizontales y verticales respecto de los
esqueletos. Sólo para algunos de estos elementos desplazados se registró su
ubicación tridimensional.
Con esta información, en esta investigación se llevaron a cabo mapeos de las
unidades anatómicas desplazadas por niveles de excavación con el fin de evaluar
las distancias recorridas, establecer las relaciones anatómicas con las partes
esqueletarias correspondientes –específicamente correspondencias intermembrales
y bilaterales, en los casos que las hubiera– y reconocer si existía una tendencia
en la clase de huesos dispersos. Cada uno de estos mapas fue