Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

510 Entre Pasados y Presentes II
tendenciosas”, lo que de alguna manera anula la posibilidad de la “libre” y
“auténtica elección”, ya que son manipulados, engañados. Las representaciones
sobre la “traición” de iguales, es una variación de la figura del desaparecido
construida a partir de las narrativas de “los culpables”, de aquellos compañeros
y amigos que “los metieron en eso”, que los involucraron en la militancia, que
los “contaminaron”, en el sentido que Douglas (1973) y Hertz (1990) consideran
como actitud común ante la muerte en distintas sociedades 5 .
Aparece así, la dicotomía entre “perejiles” y “traidores”, “inocentes” y
“demonios” culpables de la desaparición. Este es otro tipo de explicaciones presente
en las tramas narrativas de los familiares. Otro paso más para construir
narrativamente el pasaje del militante al desaparecido. Las categorías de liminalidad
y communitas (Turner 1988) permiten abordar la descripción de las construcciones
simbólicas de los familiares en lo que refiere a la relación entre la
Organización Política y los militantes: los valores de igualitarismo y solidaridad
conviven con el imperativo de obediencia y sumisión a una estructura jerárquica
6 .
La violencia: entre el error y lo impensable
La práctica de la violencia, básicamente el uso de armas, es tematizada conflictivamente
en estas tramas frecuentemente negada por los familiares. Según
la interpretación de algunos narradores, a veces es la “conducción” la que los
lleva a la violencia o la que la ejerce mientras en otras lo es la pareja, pero en
general, son siempre “otros” los que la practican. Los familiares desaparecidos
suelen aparecer como acompañantes o como miembros de la “base”.
“…hicieron cosas gravísimas. Incendiaron casas creo, qué sé yo. Han matado a
gente también los guerrilleros. Pero la Claudia no, la Claudia más de pintar paredes,
no, no. No ha hecho. No, no lo creo. Jamás lo podría creer que estuviera metida
en cosas más serias. Ahora, Hernán (su pareja) sí. Se habló mucho, que estaba muy
metido, muy comprometido por cosas serias” (Alba, madre, jubilada, empleada
administrativa)
5. Tanto la idea de contaminación de Douglas (1973) como el planteo de Hertz (1990) son sugerentes.
Este último afirma que la sociedad no acepta que sus miembros estén destinados a morir, por lo que
necesita un autor sobre el que descargar la cólera. A veces se vuelve contra el propio muerto –“qué razón
tenías ingrato para abandonarnos” – aunque con más frecuencia se acusa a los sobrevivientes próximos
de negligencia o culpabilidad.
6. Siguiendo a Turner, la communitas normativa‐ideológica refiere a estados de liminalidad permanente,
institucionalizada, que implica jerarquías, obediencia, pasividad y falta de autonomía. Podríamos pensar
en las organizaciones políticas de izquierda de los ‘70 en la Argentina como una communitas espontánea
basada en valores de homogeneidad, solidaridad e igualitarismo, en la cual se da una maximización de
la estructura a partir de sus necesidades materiales y organizativas. Turner se refiere a movimientos religiosos
o políticos donde pueden darse casos de despotismo, burocracia desmedida u otras modalidades.
Una de las características del sujeto liminal es la conducta pasiva, sumisa, de obedecer a las autoridades
recibiendo los castigos sin queja (Turner 1988). Muchas de estas propiedades son características de la
vida religiosa de la tradición cristiana y se extreman en el caso del “mártir”.