Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

262 Entre Pasados y Presentes II
construyen una serie de expectativas para cada grupo funcional, que luego aplican
a casos arqueológicos en dos aldeas de Irán (Ver Anexo I).
Por su parte, Rice (1987) distingue tres grandes grupos funcionales de la cerámica:
procesamiento, almacenamiento y transferencia. Luego los subdivide en
categorías más específicas, según las variables de tiempo, distancia y tipo de
sustancia involucrada. Retoma un cuadro publicado originalmente por Howard
(1981: Tabla 1.1 en Rice 1987), en el que se señalan cinco categorías funcionales y
sus respectivas expectativas en cuanto a forma, pasta, tratamiento de superficie,
contexto de depositación, frecuencia esperada e indicios para la identificación
funcional. Las categorías son: vasija de almacenamiento, vasija de cocción,
vasija de preparación fría de alimentos, vasija de servicio y vasija de transporte.
(Ver Anexo II).
Además, Rice (1987) considera que cada categoría de vasija requiere una particular
combinación de forma y composición para desempeñar las funciones
para las cuales fue diseñada. Sin embargo, argumenta que las vasijas pueden
tener funciones múltiples y, por lo tanto, su forma y composición estarán en una
situación de compromiso entre dos diseños ideales.
Finalmente, otros modelos funcionales han sido publicados por Hally (1986),
Mills (1989) y Smith (1988). Una investigación etnoarqueológica realizada por
García (1988, 2001b) en la misma microrregión en la que se encuentra el Pukara
de Hornaditas, informa –entre otras cosas– sobre el aspecto funcional de las
cerámicas de producción local y no local.
Metodología
Se tomaron como variables y atributos para el análisis funcional: el tratamiento
de superficies externa e interna (López 2000‐2002; Orton et al. 1993; Rice
1987; Shepard 1956), el espesor de los tiestos (Rice 1987) y la forma inferida de
las vasijas, a partir del empleo de diferentes procedimientos (Rice 1987; Balfet et
al. 1984). También se consignaron los tiestos decorados presentes en el conjunto.
La decoración fue utilizada únicamente como indicador funcional (Henrickson
y McDonald 1983) por lo que se señaló su presencia o ausencia, y la técnica
decorativa utilizada. Esta aclaración es importante, dado que la cerámica es un
valioso indicador cronológico y cultural, aspectos que no se abordan en el presente
trabajo.
Se consideraron tratamientos de superficie aquellos que implican una cobertura
total o parcial de la vasija, por ejemplo: alisado, engobe, engobe pulido,
engobe desleído. En cuanto al último tratamiento mencionado, se refiere a una
capa delgada aplicada previamente a la cocción, que en ocasiones permite traslucirse
la pasta. Ha sido denominado “wash” por autores como Rye (1981). Debe
tenerse en cuenta, sin embargo, que existe la posibilidad de que este tipo de tratamiento
sea el resultado de procesos erosivos que habrían afectado el tratamiento
original.