Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

328 Entre Pasados y Presentes II
La información que puede proporcionar el estudio de estos restos es variada
y abarca desde los procesos de formación de sitios a aquellos relacionados con
datos paleoclimáticos, ambientales y particularmente aquellos aspectos económicos
que involucran a las estrategias de manejo, la gestión del recurso, las técnicas
de producción y consumo, entre otras. Las aves proporcionan una
variedad amplia de recursos como carne, sangre, grasa, vísceras, cuero, plumas,
tendones, garras, picos, huesos, penachos, excrementos, membranas y huevos.
Estos recursos adquieren importancia en términos de alimentos consumibles así
como también materia prima, en forma de combustible o bien material para la
fabricación de contenedores, adornos, instrumentos, entre otros (Mameli 2004).
En el marco del estudio de concheros sudamericanos, las investigaciones llevadas
a cabo en el Canal de Beagle, Patagonia argentina, muestran una identificación
exhaustiva de las especies animales presentes donde se incluyen a las
aves como recurso de particular interés (Estévez y Martínez 1997; Estévez et al.
2001; Mameli y Estévez 2004). Con un enfoque etnoarqueológico, Lefevre (1998)
ilustra sobre las estrategias de caza de aves por los grupos canoeros de la Patagonia
argentina, basándose en crónicas etnográficas y etnohistóricas, lo cual ha
sido de suma relevancia para la interpretación del registro arqueológico.
La Rhea americana
Se trata de una especie de aves del orden de los Rheiformes. En América se
encuentra otra especie de este orden, conocida como ñandú petiso (Pterocnemia
pennata) que habita la patagonia argentina y el altiplano andino 2 . La distribución
geográfica de la Rhea americana abarca el este y centro de Brasil, el chaco
Boliviano, Uruguay y el norte y centro de la Argentina hasta el Río Negro. Se
trata de una especie neotropical que habita campos abiertos y zonas poco arboladas
(arbustales y pastizales) y su distribución se encuentra actualmente restringida
por la modificación y fragmentación de su hábitat natural (Bazzano et
al. 2002). Son aves corredoras con largos tarsos no emplumados y alas reducidas
que son empleadas con fines de balanceo, termorregulación, control de la dirección
en carrera, defensivos y de cortejo. El plumaje es blanco y gris, más oscuro
en la corona. Su altura máxima alcanza los 150 cm con un peso de hasta 40 kg
en machos, y de 130 cm y 25‐30 kg en hembras. Durante el período no reproductivo
los grupos están conformados por 2 o 3 animales, alcanzando agrupaciones
de hasta 50 individuos de ambos sexos. En el período reproductivo –que inicia a
fines de agosto– estos grupos invernales se dividen. Un macho domina un
grupo de 2 a 8 hembras. La época de puesta se inicia en setiembre y puede llegar
hasta diciembre. El macho fertiliza a las hembras de su harén y construye
un nido en el que éstas ponen sus huevos, cuyo número varía de entre 20 a 50
unidades. La incubación dura alrededor de 37 días y la eclosión es sincrónica
(Reboreda y Fernandez 2005). Actualmente estos animales son explotados económicamente
a través del aprovechamiento de su carne, piel, plumas, huevos e
2. Junto con los avestruces (Strutioniformes), emúes y casuarios (Casuariformes) y los kiwis (Apterygiformes)
se agrupan dentro de las Ratites (aves no voladoras).