Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

570 Entre Pasados y Presentes II
Este riesgo potencial representa el tercer aspecto constitutivo de las experiencias
de las mujeres con el territorio y, tal vez, el más problemático de todos. La
amenaza de la violencia sexual en algunas ocasiones suele concentrarse en la
figura de los “chaqueños” o “criollos”, lo cual remite a una serie de conflictos
que sobrepasan la violencia sexual, alcanzando los conflictos históricos de orden
territorial por la ocupación e invasión de espacios por parte de los criollos
–pobladores muy empobrecidos a nivel material y con estrategias de supervivencia
no demasiado distintas a las de los tobas–. La presencia del criollo dentro
de los límites del actual “territorio” toba es problemática y, para las mujeres, es
doblemente intrusiva y amenazadora. Muchos hombres criollos son percibidos
como ajenos, intrusos y pilladores de mujeres 20 . Sin embargo, la amenaza de violencia
sexual no es patrimonio exclusivo de los criollos sino también un conflicto
que se reproduce al interior de las relaciones entre géneros de los toba. Fenómeno
que, lejos de ser anecdótico, constituye una punta de lanza para comprender
la ambigüedad y el peligro que representa el monte para las mujeres.
El análisis sobre el uso y la visión territorial entre las mujeres toba representó
una puerta de entrada para problematizar las desigualdades entre los géneros,
elucidar la amenaza de violencia sexual como un aspecto constitutivo de la percepción
femenina sobre el monte y otros lugares del territorio –donde los desplazamientos
de las mujeres se ven limitados– y captar el ejercicio de cierta
dominación y control masculino sobre ciertos “lugares”.
Esto, a su turno, nos llevó a considerar un último eje en el análisis: la exclusión
de las mujeres en la gestión del territorio como una dimensión importante
de las prácticas de “etnoterritorialidad” actuales, que se construyen en el espacio
de los “territorios” que los grupos indígenas han recuperado. En la coyuntura
geopolítica actual en Latinoamérica, la lucha por el acceso y dominio sobre
los antiguos territorios se encuentra a la orden del día dentro de las reivindicaciones
y movilizaciones indígenas. Sin embargo, la voz de las mujeres indígenas
suele quedar al margen de esta problemática tan importante 21 y los estudios
sobre percepción ambiental y demarcación de tierras indígenas que adoptan un
enfoque de género son escasos. ¿Por qué En nuestra opinión, esto responde a
un fuerte sesgo masculino en la antropología y en los estudiosos que abordaron
este tema. A su vez, este sesgo parece vincularse a la idea un tanto naturalizada
al interior de las organizaciones indígenas, el indigenismo y las políticas de
acompañamiento y gestión de tierras desde los sectores del desarrollo –ONGs–,
de que el “tema tierras” y la “defensa del territorio” –que vendrían a representar
los aspectos políticos de la etnoterritorialidad, al menos en Latinoamérica–
sería una problemática eminentemente masculina, puesto que es un tema que
20.“Pillar” a una mujer refiere, en general, a la acción de agarrar a una mujer para tener sexo con ella,
fuera de su consentimiento o voluntad.
21. Algunas de las mujeres tobas tienen una “mirada” coherente sobre lo que debería ser la gestión del
territorio que no es considerada. Algunas mujeres –como las del Mistolar– enfrentan esta situación de
marginalidad política, animándose a ir a las “asambleas de hombres” e interviniendo por la fuerza para
dar sus opiniones, a pesar de ser reprobadas o burladas por algunos de ellos.