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Maestros bilingües: intermediarios y grupos de poder… | Rosalva Pérez Vázquez 651
genas–. Pugnas que hasta hoy se ven reflejadas en las disputas por el poder
local en la región. La representatividad que tenía este grupo dominante de
comerciantes en Tila estaba ligada a las relaciones económicas, políticas y sociales
de la época –cultivo de café–. Durante el período del auge del grano
–1940‐1980– ellos controlaban el comercio del producto mientras, en paralelo,
los cargos públicos eran ocupados por miembros de éste grupo. Por tal motivo,
eran importantes las redes de amistad y compadrazgo que existían no sólo
entre miembros del grupo sino también con los indígenas o campesinos de la
región. Sin embargo, también había conflictos entre estos grupos, como el que
se suscitó entre el grupo dominante y los ejidatarios –campesinos e indígenas–
en torno a la propiedad sobre la tierra y sobre el espacio urbano. Estas pugnas
hasta hoy en día se ven reflejadas en las disputas por el poder en la región. Cabe
mencionar que la presencia del partido oficial en aquel entonces Partido Revolucionario
Institucional –PRI– que gobernó el municipio, el Estado y el país sin
competencia por varias décadas influyó de gran medida en el mantenimiento
del control político por parte de este grupo. Sin embargo, con la llegada de instituciones
gubernamentales en los ‘70, especialmente el INI, y con la contratación
de campesinos alfabetizados para trabajar como promotores culturales
bilingües se inicio un proceso de ruptura de esta estructura de poder, en parte
debido a la necesidad que tiene el Estado nacional de expandir su presencia.
Con características particulares y complejas en Tila, los conflictos y las tensiones
que derivaron de este proceso se han manifestado en tres ámbitos: la tenencia
de la tierra, la competencia por los cargos públicos y la lucha por las
posiciones de mayor beneficio económico.
a. La tenencia de la tierra ha sido uno de los motivos por los cuales han habido
conflictos, rencillas y expulsiones de familias en varias comunidades del
municipio y la cabecera municipal. Sus orígenes se remontan desde el
reparto agrario efectuado en los años treinta del siglo pasado. Por un lado,
con la dotación de tierras, no todos los campesinos recibieron la misma calidad
y cantidad de terrenos para parcelas y cafetales. Por otro lado, debido
al aumento de la población, los hijos de los ejidatarios han reclamado su
derecho a la tierra. Por lo que la falta de esta ha generado tensiones y fricciones
entre padres, hijos y hermanos. En muchas ocasiones llegan incluso a
generar la muerte de los implicados.
Por otro lado, está la constante lucha por el fundo legal 3 dentro del ejido
entre dos grupos de poder de intereses distintos: campesinos y comerciantes.
De acuerdo al Registro Agrario Nacional –RAN– el fundo legal es el terreno de
3. En el año 1934, cuando se realiza el reparto agrario en Tila, no se especifica en documentos la extensión
de tierras que sería destinada para la zona urbana. Sin embargo, con el paso de los años, los comerciantes
que ya estaban asentados en la cabecera municipal antes del reparto agrario, consideraron que se
les reconociera la propiedad de sus viviendas. También su derecho a comprar y vender los terrenos que
consideraban suyos. Ante esto, hacia finales de los años 60 comienzan estos alegatos entre comerciantes
y campesinos por el llamado fundo legal, es decir, la zona urbana.